SANTO DOMINGO.– “Se tiró el dea, vámonos de aquí”, es una expresión popularizada en los barrios dominicanos que refleja el temor, tanto de narcotraficantes como de personas que no incurren en ningún tipo de práctica ilegal, hacia los agentes de la Dirección Nacional de Drogas. “Me pusieron droga”, es otra que muestra una acción incorrecta por los miembros del organismo antinarcóticos.
La denuncia más reciente la ha hecho el diputado del Partido de la Liberación Dominicana, Elpidio Báez quien certifica que agentes adscritos a la DNCD cometen “excesos” y extorsionan a jóvenes en los barrios pobres como Guachupita, Simón Bolívar, Capotillo, Cristo Rey y otros.
“Cuando tú le pones droga a un muchacho de un barrio tú le matas, lo condenas a la muerte, porque ese muchacho no consigue empleo”, advierte preocupado el legislador, quien preside la Comisión de Interior y Policía de la Cámara de Diputados. Dice sentirse molesto por la situación que afecta a decenas de familias de los sectores pobres que se ven en la difícil situación de visitar a un pariente en la cárcel, a la que llegó por un delito no cometido.
Revela que sostuvo una reunión, junto a otros congresistas, con el presidente de la DNCD, mayor general Julio César Souffront Velásquez a quien le comunicó las supuestas extorsiones y abusos a que son sometidos los ciudadanos de sectores marginados.
La DNCD reconoce la situación, pero reduce los hechos a excepciones y a “subterfugios” de personas reincidentes que buscarían una forma de esconder sus prácticas ilícitas y salir en libertad.
“Nosotros tenemos el historial de cada uno de ellos y no es verdad que a ellos se les pone drogas. No voy a decir tampoco que esta Dirección Nacional de Control de Drogas no ha tenido casos, verdad, aislados que han ocurrido. Han ocurrido, claro”, respondía el vocero de esa institución Darío Medrano, durante una rueda de prensa este sábado, ante una pregunta del reportero de Diario Libre acerca de la situación que también por diferentes organizaciones comunitarias.