El Gobierno de Rusia denuncia que los grupos armados irregulares en Siria -aliados de la coalición opositora que busca derrocar por la fuerza al presidente Bashar al-Assad- son los responsables del empleo de “gas sarín” en las adyacencias de Damasco, el pasado 21 de agosto, con la única intención de manipular a la comunidad internacional y reclamar una intervención militar extranjera en la nación árabe.
El presidente ruso, Vladimir Putin, envió este miércoles una carta pública a su homólogo estadounidense, Barack Obama, en el que pone de manifiesto las diferencias de criterio existentes entre ambos Estados respecto al caso sirio.
EN la misiva, Putin aseguró que “los responsables de la masacre con gas sarín del pasado 21 de agosto serían los opositores y no el Gobierno de Al Assad”.
“No hay dudas de que se utilizó gas venenoso en Siria”, pero “todas las razones apuntan a creer que no fue empleado por el Ejército, sino por las fuerzas de oposición, para provocar una intervención extranjera”, expuso el Mandatario ruso.
Esta posición es totalmente opuesta a la del Gobierno de Obama, que insiste en acusar a Damasco por el presunto ataque químico, alegando poseer “pruebas contundentes”, aunque éstas no hayan sido presentadas a la comunidad mundial y permanezcan en secreto.
Precisamente, este jueves se reunirán en Ginebra -al oeste de Suiza- el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, y el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguei Lavrov, para analizar la propuesta de Moscú de una solución pacífica al conflicto, promoviendo la entrega de las armas químicas sirias a una comisión internacional.
Washington y Moscú buscarán un acuerdo para presentarlo al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (ONU). En vista de ello, Obama pidió al Congreso de su país “aplazar la votación” sobre el uso de la fuerza contra Siria, pues hay “signos alentadores” que apuntan a una posible solución diplomática.
Rusia propuso el pasado lunes la entrega del arsenal químico sirio a la comunidad internacional para su destrucción, como forma de evitar el ataque estadounidense contra posiciones gubernamentales y militares sensibles del país árabe.
Para Kerry la propuesta rusa debe ser vinculante y la comunidad internacional debe tener “acceso sin límites” a todas las instalaciones sirias en las que se almacenan esas armas.
Mientras el Gobierno de Al-Assad valoró la propuesta y aceptó poner sus armas químicas bajo tutela internacional, la oposición terrorista rechazó la idea y exigió a Estados Unidos emprenda una operación militar contra Damasco lo antes posible.