El presidente de Afganistán, Ashraf Gani, afirmó hoy que la situación en Kunduz está bajo control, aunque sigue en marcha la operación militar para recuperar esa estratégica ciudad del norte del país que fue tomada ayer por los talibanes.
“Quiero asegurar a todos mis conciudadanos que la situación en Kunduz está bajo control. Las fuerzas de seguridad han logrado progresos. Algunos edificios gubernamentales han sido recuperados”, dijo Gani en una rueda de prensa.
“Debemos continuar con nuestras vidas con confianza y confiar en las fuerzas de seguridad”, indicó el gobernante, que hoy cumple un año en el poder, un día después de que los talibanes lograran su mayor conquista militar desde la caída de su régimen en 2001.
El mandatario indicó que los talibanes están utilizando a los civiles como “escudos humanos” y que sus órdenes son “prestar atención a las vidas de los civiles”, por lo que el Ejército no puede bombardear la ciudad, clave para las comunicaciones del norte del país.
Las fuerzas de seguridad afganas lanzaron esta mañana una ofensiva para recuperar Kunduz, con operaciones terrestres con el apoyo aéreo de Estados Unidos, que ha llevado a cabo bombardeos en la provincia.
Gani afirmó que los insurgentes han sufrido muchas bajas en la operación y que sus tropas están luchando “profesionalmente”.
“Esta es una guerra impuesta por una persona que murió hace dos años, en la mayor mentira de la Historia”, indicó en referencia a la muerte del líder talibán mulá Omar anunciada en julio.
El ministro de Defensa, Masoum Stanikzai, ofreció en la rueda de prensa detalles de la caída ayer de la ciudad, en la que participaron insurgentes extranjeros.
“Un gran número de combatientes foráneos de Asia central participaron en la operación”, afirmó Stanikzai, asegurando que algunos talibanes se infiltraron en la ciudad durante la celebración de la fiesta del cordero y que tuvieron ayuda desde dentro de la ciudad.
El ministro indicó que los insurgentes lanzaron también un ataque en el distrito de Eshkamish de la vecina provincia de Takhar, pero fueron repelidos por el Ejército.
Gani cumple un año en el poder con una creciente situación de pérdida de seguridad y ralentización económica, que coincide con la salida de las tropas extranjeras del país.
La OTAN mantiene unos 4.000 militares en Afganistán en la misión de asistencia y capacitación “Apoyo Decidido”, mientras que EEUU lleva a cabo una operación de combate o “antiterrorista” que incluye 9.800 militares que permanecerán en principio hasta final de año.