En el entorno más íntimo del expresidente Leonel Fernández –por lo menos entre quienes le admiran y quieren con gratuidad de afectos-, hay mucha preocupación por el giro que han tomado los acontecimientos a propósito de la acusación perversa del narcotraficante Quirino Castillo.
Porque a Leonel le han metido entre ceja y ceja que tanto las acusaciones del confeso delincuente como su llegada intempestiva al país han contado con los auspicios y el estímulo de gente del entorno presidencial. Un asunto que contradice la lógica más elemental.
Fuera de cualquier consideración ética, es impensable que el presidente Medina pueda asociarse a semejante canallada… Primero porque nunca ha actuado de esa forma ni siquiera frente a sus adversarios más bellacos y audaces, mucho menos contra un compañero de partido al que por más de 30 años ha dado muestras de afecto y solidaridad… …Y después porque en términos políticos la llegada de Quirino el sábado 28 de febrero no hizo más que opacar el impacto del discurso de rendición de cuentas del Presidente dado la víspera ante la Asamblea Nacional en ocasión de la Independencia Nacional.
Si la declaración afrentosa de Quirino provocó alguna mella en la imagen de Leonel, mucho más daño hizo el impacto de su llegada al gobierno, pues neutralizó la repercusión que debió tener un discurso presidencial optimista, bien leído, con guión perfectamente ejecutado.
Preocupaciones recíprocas
En un sector del gobierno también hay preocupación porque la batahola provocada por las declaraciones de Quirino han alterado el cronograma que debió seguir meticulosamente el proyecto reeleccionista del presidente Medina, que no contempla confrontación sino todo lo contrario.
Es lo que explica la visita de Danilo a Leonel en su casa de Naco para darle un espaldarazo que al parecer no ha valido de mucho a juzgar por las acciones de los amanuenses del leonelismo.
En los círculos más cercanos de Danilo se insiste en la inconsecuencia del leonelismo más fanatizado, argumentando que “el Presidente no podía enviar señales más claras” de que estaba opuesto a la campaña de denuestos contra Leonel… Impensable resulta también que prohíje desde la sombra unas acusaciones que dañan al PLD buscando la cabeza de quien tiene todas las posibilidades de ser el candidato en el dieciséis.
Danilo ha reaccionado “sumamente molesto” por los ataques que entiende desconsiderados de algunos allegados al expresidente Fernández, y entiende que “hace rato Leonel debió mandar a callar esas voces perturbadoras…”.
… Se mueven con sigilo
Repito que allegados de ambos sectores –tanto de fuera como desde dentro del PLD–, hacen esfuerzos para contener los humores caldeados del fanatismo que enturbia la relación de los dos líderes, proveniente del fundamentalismo que siempre existe en los proyectos políticos.
Los leonelistas tienen mayor propensión a la figuración pública, lo que no quiere decir que en el danilismo no existan bellacos que contribuyan con la crispación que se percibe actualmente en la relación de ambos líderes.
Los más bellacos danilistas se han abanderado en el proyecto reeleccionista que no acaba de asumir el Presidente… Pero los leonelistas no se quedan atrás y han constituido su propia tropa de choque y están listos para llevar su beligerancia a los extremos… … Son los “kamikazes” de los que daré detalles mañana en Tocando la Tecla… ¡Con nombres y apellidos!