Cuando la gente comenzó a decir que Donald Trump se postularía para presidente, Sarah pensó que era una broma y no algo que debía tomar con seriedad. Pero el 8 de noviembre pasado, dice, “ocurrió lo impensable”: Trump ganó las elecciones en Estados Unidos.
Sarah, quien pidió que no usáramos su apellido por temores de seguridad, de inmediato llamó a su esposo, que estaba fuera del país en un viaje de negocios.
Le dijo: “Se acabó. Me quiero ir. Y no estoy bromeando”. La respuesta de su esposo fue: “Lo sé. Nos podemos ir”.
Así, este mes Sarah, de 43 años, su esposo de 45 y sus niñas se despedirán de su pequeña ciudad en el centro-oeste del país, donde han vivido durante tres años y medio, y cambiarán Estados Unidos por un país a miles de kilómetros de distancia.
Y no tienen planes de regresar.
Durante las elecciones más disputadas en la historia del país, hubo muchas conversaciones en las oficinas, las cafeterías, los comedores y en la prensa, de personas que dijeron que dejarían el país si Trump llegaba a la presidencia.
El día después del llamado Súpermartes, cuando 12 estados votaron en las primarias republicanas, Google anunció que las búsquedas de la frase “mudarse a Canadá” fueron mucho más numerosas que en cualquier otro momento en la historia del buscador.
Pero una vez que Trump ganó, muchas personas, incluyendo famosos como Miley Cyrus y Amy Schumer, se retractaron de su promesa de partir. Algunos porque no pudieron; otros porque habían decidido permanecer y pelear.
Y otros descartaron sus comentarios originales como “bromas”.
Pero ciertamente hay gente que ya ha partido, que está haciendo planes para partir o, en algunos casos, está retrasando sus planes para regresar a Estados Unidos después de vivir en el exterior.
Sin opciones
Para Sarah y su familia, no parecía haber otra opción más que partir.
Dice que le hubiera gustado “quedarse y luchar”, pero que la seguridad de su familia y la posibilidad de permanecer juntos tenía prioridad.
Su esposo no es estadounidense, no tiene residencia en el país y trabaja mucho en el extranjero. Los niños tienen doble ciudadanía, tanto estadounidense como del país de su papá, y Sarah es ciudadana estadounidense con residencia permanente en ambos países.
Cuando su marido ntra a Estados Unidos debe solicitar una visa temporal.
“Es una especie de lotería, no saber si no se va a llevar bien con alguien que no lo dejará entrar al país”, dice.
“Con los cambios de la nueva administración, esto se vuelve un poco más aterrador”.
Sarah cree que su familia es afortunada ya que tiene los medios y la oportunidad de partir del país.
Pero le preocupa el mensaje que está enviando a sus hijas.
“¿Qué tipo de ejemplo le estoy dando a mis niñas al tomar mis cosas e irme cuando hay tanta gente que no puede hacerlo? ¿Quién se quedará aquí para protegerlos y luchar por ellos?”.
Getty Images Protestas Muchos dijeron que preferían quedarse en el país y pelear. 1
Sarah dice que le entristece dejar a sus amigos, pero que estos la apoyan. Muchos han dicho que les gustaría también partir si pudieran. Pero no todos entienden su decisión, principalmente su padre, que votó por Trump.
“Quienes no lo entienden dicen: ‘Qué se vaya'”. dice. “Y eso es exactamente lo que vamos a hacer, porque no quiero criar a dos niñas en un lugar donde no me siento segura y donde estoy poniendo en riesgo su seguridad”.