Por Manuel B. Hudson*
El sueco Tomas Lindahl, el estadounidense Paul Modrich y el turco Aziz Sancar fueron distinguidos con el Premio Nobel de Química 2015, que otorga la Real Academia Sueca de las Ciencias en Estocolmo, por sus estudios sobre los mecanismos de reparación del ADN.
La academia sueca destacó que estos tres científicos proporcionaron ideas básicas sobre cómo funcionan las células y las herramientas que utilizan para corregir defectos en el ADN, lo cual resulta fundamental para el desarrollo de nuevos tratamientos contra el cáncer.
Los investigadores galardonados mapearon a nivel molecular cómo las células reparan el ADN dañado y salvaguardan la información genética. Este trabajo, destaca la organización sueca, aporta un conocimiento fundamental sobre las funciones de las células vivas.
Cada día, según los expertos, el ADN se daña por la radiación, los radicales libres y otras sustancias cancerígenas, pero incluso sin este tipo de ataques externos, una molécula de ADN es inherentemente inestable. Miles de cambios espontáneos del genoma de una célula se producen diariamente.
Esos defectos también pueden surgir cuando el ADN se copia durante la división celular, un proceso que ocurre varios millones de veces cada día en el cuerpo humano.
La razón de que el material genético no se desintegre en ese caos químico es que una gran cantidad de sistemas moleculares controlan y reparan el ADN de forma continua.
A principios de la década de 1970, los científicos creían que el ADN era muy estable, pero el investigador Tomas Lindahl (Suecia, 1938) observó que no era así, y dedujo que la molécula de ADN se descompone a un ritmo tal que, si nada lo frenara, el desarrollo de la vida en la Tierra sería imposible.
Así fue como este biólogo, emérito en el Instituto Francis Crick de Hertfordshire, en el Reino Unido, descubrió la maquinaria molecular de reparación por escisión de base que contrarresta la descomposición del ADN.
Por su parte, Aziz Sancar (Turquía, 1946) describió otro tipo de reparación, que se produce por escisión de nucleótidos. El mecanismo descubierto por este biólogo turco, profesor en la Universidad de Carolina del Norte, permite a las células reparar el daño genético provocado por la radiación ultravioleta (UV).
Las personas que nacen con defectos en este sistema de reparación tienen más tendencia a desarrollar cáncer de piel si se exponen a la luz solar. La célula también utiliza la reparación por escisión de nucleótidos para corregir defectos causados por sustancias mutagénicas, entre otras.
Paul Modrich, de 69 años, profesor del Instituto Médico Howard Hughes y la Escuela de Medicina de la Universidad de Duke, en Estados Unidos, demostró cómo la célula corrige los errores que se producen cuando el ADN se replica durante la división celular.
Este mecanismo de reparación de genes reduce alrededor de mil veces la frecuencia de errores durante la replicación del ADN. Los defectos congénitos de esta herramienta son los causantes de una variante hereditaria de cáncer de colon.