Santo Domingo
El rostro es la carta de presentación de una mujer, es lo primero que se aprecia al verla, por eso el empeño en que luzca hermoso.
Esta obsesión no es del siglo XXI. En la antigüedad las francesas solían pellizcarse la cara para tener la aparición de sonrojo natural. Hoy existe un producto capaz de hacerlo: el rubor.
Sin embargo, Vanessa Rosario, maquilladora profesional, insiste en que no todas las mujeres le sacan el máximo a este recurso tan útil.
“El rubor le da vida a tu rostro, hace que te veas más ‘saludable’ y da el efecto de sonrojado, por eso es tan importante que a la hora de maquillarte, este se vea lo más natural posible”.
Aplicación correcta e incorrecta
De acuerdo con la experta hay muchas féminas que pecan de exageradas a la hora de colocarse el rubor.
“Es incorrecto usar un color muy intenso y hacer un círculo de rubor en cada mejilla. Lo adecuado es utiliza un color que se vea natural de acuerdo a tu tonalidad de piel”.
A la interrogante de en cuáles áreas se aplica, replica: “Sólo en las mejillas o pómulos. Es un error colocarlo en frente, nariz y barbilla”.
Luego, Rosario aclara que el rubor se usa para todo tipo de pieles, pero que hay que buscar el indicado para que cumpla con su objetivo de aportar relieve al rostro.
“Hay diferentes tonos de rubor, esto dependerá del tipo de piel: los tonos rosas para las rubias y pieles más claras; tonos marrones y naranjas para las morenas”, enfatiza.
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MITOS Y VERDADES
La especialista en cosmetología revela realidades y fantasías en cuanto al rubor.
“Muchos dicen que el rubor irrita y mancha la piel, esto es falso. Es cuestión, como muchos productos de belleza, de su fecha de expiración.
Un dato curioso es que un colorete se mantiene en buen estado durante unos 18 meses, pero si pasó ese periodo, y aún se encuentra fuerte, y no está duro, es seguro de usar por un tiempo más largo.
Otro mito es que el rubor y el bronceador hacen lo mismo. Cada uno tiene su función. El rubor es para hacerte lucir ruborizada, con un poco de color en tus mejillas. El bronceador es para afinar partes del rostro. “Existe un rubor natural, aparece por calor, enamoramiento, vergüenza o nervios”, concluye.
Factores a tomar en cuenta para aplicar el rubor
Hay dos tipos de rubor: en polvo y en crema, según explica Vanessa Rosario, maquilladora profesional y especialista en cosmetología. A la hora de aplicar uno u otro es necesario saber qué tipo de piel tienes.
“Depende de la piel, si la piel es seca deberá optar por un rubor en crema porque aportará frescura y confort, por su parte, el rubor compacto se adapta a todas las pieles aunque resulta ideal para las grasas”, manifiesta.
La experta recomienda emplearlo con una brocha de grosor mediano, preferentemente con el mango largo, lo que permite hacer movimientos más amplios al aplicarlo y también tomar en cuenta la forma del rostro a la hora de realizar estos movimientos.
Otra incógnita es si es bueno usar el rubor durante todo el día, y si cambiarlo de una tanda a otra.
“El rubor se puede usar durante todo el día, solo comprometiéndote a quitarlo antes de dormir. Una misma persona no usa diferentes colores de rubor, sino diferentes tonalidades de un mismo color. Si te van bien las tonalidades rosas, pues puedes usar un rosa clarito en el día y elegir uno más fuerte para la noche”, apunta.
Otro dato importante que Rosario enfatiza es que el colorete debe ir en armonía con tus ojos y labios.
Recomendaciones para emplearlo
Existen consejos sencillos pero indispensables para no pasar la línea entre estar ruborizada y lucir como una payasa de circo. La experta los enumera:
01. Primero usar una crema con protector solar, luego colocar la base de maquillaje y por último el rubor.
02. El rubor se aplica en último lugar, después de haber maquillado los ojos y la boca, para percibir mejor la intensidad a dar.
03. Difumina muy bien, para que no se noten las líneas de la aplicación.
04. Siempre se debe usar poca cantidad: es mejor aplicar segundas capas para acentuar el color, que lucir un rubor poco natural.
05. Aplicarlo de manera ascendente debajo del pómulo.
06. Sonreír y aplicarlo en las mejillas para dar un efecto de rubor natural. Para hacerlo, sonríe frente a un espejo y aplícalo sobre las partes que sobresalen.
“El rubor es y seguirá siendo un fiel aliado para un buen maquillaje, busca el que vaya con tu piel y forma de la cara y verás cómo se resalta tu rostro y le das luz”, concluye Rosario, maquilladora profesional y cosmetóloga.
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APLICACIÓN DEL RUBOR A TRAVÉS DE LA HISTORIA
En la Grecia antigua la tendencia era colorear los pómulos de tonos muy rojos.
En el Renacimiento se usaba un colorete recargado en tonos granate. En el siglo diecinueve los pómulos se colorean sutilmente con palo rosa.
Ya para el siglo XX se aplicaba vaselina en los párpados para otorgarle un toque de brillo y frescura.
Cambios en la tendencia
En los años 20 se empezó a usar el colorete rosado de forma circular.
Para la década de los 30 ya no se utiliza el colorete cargado, sino difuminado.
En los años 40, el colorete se reemplazó por pétalos de rosas bañados en vino.
A principios de los 60 sigue la tendencia del tono facial más bronceado, por eso se usaba colorete en tonos rosas bien definidos. Ya para finales del siglo pasado, se prioriza los rubores anaranjados, rosas, bien difuminados.