La Iglesia Católica asegura, atraves del editorial de su órgano informativo Camino, dice que con la expulsión del Nuncio y condena a 24 años de cárcel a monseñor Rolando Álvarez, el Gobierno de Nicaragua convierte a ese país en una cárcel colectiva.
“Ya el amanecer dejó de ser una tentación. Así decía una proclama de los sandinistas cuando triunfaron en junio de 1979. Se referían a la época superada de la dictadura de Somoza”.
Explica que 44 años después “presenciamos con estupor que ese amanecer vuelve a ser otra tremenda tentación”.
Indica que la violación a los derechos fundamentales de todo ser humano, la persecución, la tortura y el exilio para los que piensan diferente, es una triste realidad.
Dice que a ello se agrega también el asedio constante a la Iglesia, hechos que nos hablan bien claro de un sistema cuyo fin es convertir a su pueblo en una cárcel colectiva.
“Frente a estos acontecimientos llenos de horror, la comunidad internacional ha levantado su voz para impedir que esta nueva dictadura haga trizas los sueños de libertad y bienestar por los que tantos nicaragüenses entregaron sus vidas.
Nos unimos a la oración del papa Francisco, quien está preocupado por la situación que atraviesa Mons. Rolando Álvarez, a quien quiere tanto, y pide al Señor por intercesión de la Virgen Inmaculada para: “Que abra el corazón de los responsables políticos y de todos los ciudadanos a la búsqueda sincera de la paz, que nace de la verdad, la justicia, la libertad y el amor y se alcanza mediante el ejercicio paciente del diálogo”.