TEGUCIGALPA.- EFE-El expresidente hondureño Manuel Zelaya, derrocado en junio de 2009, regresó hoy al Parlamento, esta vez como jefe de la bancada de su nuevo partido, el izquierdista Libre, segunda fuerza parlamentaria y la primera de oposición.
La nueva legislatura para el período 2014-2018 fue instalada este sábado en una ceremonia marcada por un ambiente ordenado y un riguroso operativo de seguridad. Zelaya regresó al Legislativo, donde ya había sido diputado por el conservador Partido Liberal en 1985, 1994 y 1998, anunciando en una entrevista con Efe que la bancada de Libertad y Refundación (Libre) no asistirá a la toma de posesión del nuevo presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, del gobernante Partido Nacional (PN-conservador), en “protesta” porque les “ha insultado”.
“No vamos asistir a la toma de posesión porque Juan Orlando nos ha insultado y lanzado ataques desde antes de tomar posesión a los que somos oposición”, indicó Zelaya, tras participar en la instalación del período de sesiones 2014-2018. Hernández dijo el pasado 11 de enero en el Parlamento que “algunos dirigentes” de Libre, que no identificó, apoyan a extorsionadores, pandilleros y el crimen organizado.
El nuevo Legislativo integrado por 128 diputados de siete partidos, dos de ellos surgidos después del golpe de Estado de 2009 contra Zelaya, lo preside Mauricio Oliva, del PN, en sustitución de Hernández, quien desde ese poder buscó la Presidencia del país.
En su discurso de instalación, Oliva pidió que los diputados permitan, en alusión tácita a la bancada de Libre, “que en el devenir se disipen los rencores del pasado reciente”, a través de “un diálogo más humano, más abierto, para edificar un futuro mejor”.
Oliva llamó a los diputados a hacer “un nuevo pacto, un nuevo compromiso con respeto a los consensos y con todos los sectores sociales” y aseguró que aceptará las críticas “aunque a veces no sean ni objetivas ni justas”.
Sobre ese mensaje, Zelaya indicó que Libre espera “que sea cierto” que se buscará el consenso, que “la crítica es buena si no hay ofensas” y recalcó que el martes y jueves pasados se les “negó” el derecho presentar una propuesta para elegir a las juntas directivas provisional y plena del Parlamento.
Lo que deseaba Zelaya era regresar al Parlamento como diputado y con su esposa, Xiomara Castro, como presidenta del país, lo que no se pudo dar en las elecciones generales del 24 de noviembre pasado en las que los votos favorecieron a Hernández.
Zelaya regresa al Legislativo como un líder que reconoce a medias a Hernández como presidente, alegando que en las elecciones a su esposa “le robaron el triunfo”, aunque observadores nacionales e internacionales reiteraron en diciembre pasado que los comicios fueron transparentes. En el Parlamento “haremos una oposición constructiva en todo, nosotros somos oposición y como oposición queremos lo mejor para el país, pero ellos (los oficialistas), nos tratan como enemigos”, recalcó este sábado Zelaya. Zelaya llegó al Gobierno en el 2006 de la mano del Partido Liberal, cuyos actuales líderes lo acusan de haber dividido a ese colectivo.
Los liberales cuentan ahora con 27 diputados, menos que los 45 que tenían en la pasada legislatura, y han sido relegados a segunda fuerza de oposición por Libre, que sacó en los comicios de noviembre pasado 37 escaños con votos de muchos liberales disidentes.
Esta misma semana Libre expulsó a Eduardo Cotto de la bancada y del partido porque apoyó la elección de los oficialistas en la junta directiva del Parlamento, con lo que cuenta con 36 escaños. Algunos diputados oficialistas consideran que el expresidente pretende la ingobernabilidad en perjuicio de la nueva Administración que asumirá el próximo lunes.
Un dirigente del organismo Monitor Electoral (privado), Adán Palacios, dijo a Efe que el Parlamento hondureño “tiene grandes retos que va requerir de mucha inteligencia y sabiduría”, entre ellos lograr la gobernabilidad dentro de la propia Cámara. En opinión de Palacios, el primer paso para que haya esa gobernabilidad dentro del Legislativo debe darlo el partido en el poder.