Las víctimas de abusos cometidos en Chile por miembros del clero aplaudieron hoy la decisión del papa Francisco de aceptar las renuncias de tres obispos y comentaron que “la banda de obispos delincuentes se empieza a desintegrar”.
“Empieza un nuevo día en la Iglesia Católica de Chile. Se van tres obispos corruptos y seguirán más” escribió en Twitter Juan Carlos Cruz, una de las víctimas del influyente párroco Fernando Karadima, que hace algunas semanas fue recibido por el papa en el Vaticano junto a otros dos abusados.
Este lunes, el Vaticano informó que Francisco aceptó las renuncias del obispo de Osorno Juan Barros, acusado de ser encubridor de Karadima por las víctimas, y de los obispos de Valparaíso, Gonzalo Duarte y del arzobispo de Puerto Montt, Cristián Caro.
Las tres diócesis quedarán provisionalmente a cargo de Jorge Concha Cayuqueo, obispo auxiliar de Santiago, en Osorno; Pedro Mario Ossandón, también obispo auxiliar de Santiago, en Valparaíso, y Ricardo Morales Galindo, provincial de la orden de la Merced en Chile, en Puerto Montt, como administradores apostólicos.
La decisión del papa se conoció en la víspera de la llegada a Chile de sus enviados especiales Charles Scicluna y Jordi Bertomeu, en una visita que abarcará Santiago y Osorno.
Desde Estados Unidos, donde reside, Juan Carlos Cruz dijo a radio Cooperativa que a su juicio, hoy “empieza un nuevo día para la Iglesia chilena. No puedo estar más emocionado, más feliz, agradecido del papa, que está cumpliendo y va a seguir cumpliendo lo que nos dijo”,
“Estoy tremendamente contento por las diócesis que se liberan de estos hombres y especialmente por la gente de Osorno, que ha demostrado tanta perseverancia, tanto amor a la Iglesia, a pesar de que les han dicho de todo, se han mantenido firmes y hoy toda su lucha ha tenido resultado”, añadió.
“Es un estado lamentable, pero por otro lado yo lo veo como una cosa buena, que se están yendo los delincuentes para la casa y eso es importante”, recalcó.
Según fuentes de la Iglesia chilena, a Cristián Caro la renuncia le fue aceptada por razones de edad, mientras sobre Gonzalo Duarte el fin de semana se conocieron denuncias de abusos en su contra, de antigua data, que la jerarquía del clero chileno no atendió.
Hace algunas semanas todos los obispos chilenos se reunieron con el papa en Roma, donde les entregó un documento en el que anunció que habría medidas a fin de terminar con la crisis desatada por los abusos sexuales y de poder. En esa oportunidad, todos los prelados pusieron sus cargos a disposición del pontífice.