La cantidad de vehículos que a diario entran a la ciudad de Santiago desbordan la capacidad de estacionamiento, lo que hace cada día más caótico el tránsito vehicular.
Se trata de una urbe cuyas calles fueron diseñadas, para la circulación de coches y carretas, espacios que, en la actualidad, no soportan, doble estacionamiento generado por el alto volumen de coches.
El problema se hace más caótico con los desvíos provocados por la construcción de la estructura de soporte del Monorriel, obra que construye el Gobierno en la actualidad.
La cantidad de plazas y establecimientos comerciales, que en los últimos años se han construido en Santiago, tampoco disponen de suficiente espacio, para estacionamiento, obligando muchos clientes a utilizas las vías para parquear sus vehículos.
Dicho desbordamiento se extiende a urbanizaciones y nuevas arterias comerciales, donde los nuevos establecimientos comerciales instalados atraen clientes quienes también utilizan las calles y avenidas para estacionar los vehículos.
Una de las alternativas que pudieran contribuir a solucionar ese problema es la implementación de transporte colectivo eficiente, para que propietarios de vehículos lo utilicen y dejen en sus marquesinas sus unidades, contribuyendo así a despejar las vías públicas.
De acuerdo a Juan Marte, en reciente declaraciones presidente de la Confederación Nacional de Trabajadores del Transporte (CNTT), reafirma que el problema del tránsito y el transporte en Santiago, radica en que la ciudad fue construida para coches, mientras que actualmente cuenta con 350 mil vehículos privados y aproximadamente 12 mil vehículos públicos, entre ellos taxis, vehículos de transporte público y transporte escolar, circulando en la ciudad.
Además, entre 78 mil y 84 mil vehículos ingresan diariamente desde el interior, para realizar negocios, entregar y recoger mercancías en el centro de la ciudad, provocando el congestionamiento diario.
Marte explicó que este flujo máximo de vehículos junto a las instituciones del Estado que actúan de manera “dispersa, errática y anárquica,” aumentan directamente el congestionamiento del tránsito, creando una crisis en el transporte.
“Los estacionamientos paralelos van a continuar, mientras haya poco espacio y demasiados vehículos, un parque vehicular excesivamente grande y una ciudad que fue construida para coches”, dijo.