Cuba continúa en la lista de los 52 países autoritarios del mundo durante 2017, según indica el informe anual de democracia del líder mundial en inteligencia de negocios The Economist Intelligence Unit (EIU), de The Economist Group.
El informe de EIU proporciona una instantánea del estado de la democracia a nivel mundial y está elaborado teniendo en cuenta 167 naciones, lo que representa casi toda la población del mundo.
El índice se divide en cinco criterios de análisis: proceso electoral y pluralismo, libertades civiles, funcionamiento del Gobierno, participación política y cultura política.
Basados en sus puntuaciones de acuerdo a estas cinco categorías, cada país se clasifica en uno de los cuatro tipos de regímenes: “democracia plena”, “democracia defectuosa”, “régimen híbrido” y “régimen autoritario”.
De acuerdo al ranking, Cuba ocupa el puesto 131 (cayendo tres lugares en comparación con 2016, cuando ocupó el puesto 128) y sería un país autoritario, junto a Corea del Norte, China, Vietnam, Venezuela, Arabia Saudita y varias naciones africanas.
Por regímenes autoritarios, EIU entiende a aquellos estados donde el pluralismo político está ausente o está muy circunscrito. Las elecciones, si ocurren, no son libres y justas. Se hace caso omiso de los abusos e infracciones de las libertades civiles. Los medios de comunicación suelen ser de propiedad estatal o controlados por grupos vinculados al régimen gobernante. Hay represión de las críticas al Gobierno, censura generalizada y no hay un poder judicial independiente.
Venezuela este año pasó de régimen híbrido (puesto 107 en 2016) a la misma categoría que Cuba, régimen autoritario (puesto 117 en 2017). Tanto los regímenes que dirigen La Habana y Caracas pasaron a ser los dos únicos en esta categoría en toda América Latina.
Los regímenes híbridos se caracterizan, de acuerdo con IEU, porque las elecciones tienen irregularidades sustanciales que a menudo impiden que sean libres y justas. La presión del Gobierno sobre los partidos de oposición y los candidatos son prácticas comunes. La corrupción tiende a ser generalizada y la sociedad civil es débil. Normalmente, hay acoso y presión sobre los periodistas, y el poder judicial no es independiente.
En la categoría de “democracia defectuosa” entran EEUU y la mayoría de los países de América Latina (Chile, Panamá, Argentina, Brasil, Perú, México, Colombia, El Salvador, Paraguay, Jamaica, Surinam).
Las democracias defectuosas son aquellas que tienen elecciones libres y justas e, incluso si hay problemas (como las infracciones a la libertad de prensa), se respetan las libertades civiles básicas. Sin embargo, existen deficiencias significativas en otros aspectos de la democracia, incluidos los problemas de gobernabilidad, una cultura política subdesarrollada y bajos niveles de participación política.
En el mundo hispanohablante, solo España y Uruguay son consideradas democracias plenas, de un total de solo 19 países que integran esta categoría.
Por democracias plenas se entiende a los países en los que no solo se respetan las libertades fundamentales y las libertades civiles, sino que también tienden a apoyarse en una cultura política propicia al desarrollo de la democracia. El funcionamiento del Gobierno es satisfactorio. Los medios son independientes y diversos. Hay un sistema eficaz de controles y equilibrios. El poder judicial es independiente y las decisiones judiciales se aplican.
Corea del Norte ocupa el puesto 167 del ranking y la última posición entre los países autoritarios.
En general, de las 167 naciones del informe, 19 tienen democracias plenas, 57 democracias defectuosas, 39 regímenes híbridos y 52 regímenes autoritarios.
América Latina
De acuerdo con EIU, América Latina continúa siendo el continente más democrático del mundo en desarrollo.
Ecuador mejoró de un “régimen híbrido” a una “democracia defectuosa”, reflejando los esfuerzos del presidente recién inaugurado, Lenín Moreno, “para combatir algunos de los excesos controvertidos de su predecesor, Rafael Correa, particularmente con respecto a la libertad de prensa y los esfuerzos para combatir la corrupción”.
Venezuela, por el contrario, con su descenso a “régimen autoritario” “reflejó el continuo paso hacia una dictadura”.
La región ahora solo cuenta con una “democracia completa” (Uruguay), 16 “democracias defectuosas”, cinco “regímenes híbridos” y dos “regímenes autoritarios”.
Asimismo, EIU señaló que las dos tendencias que marcaron la región este año fueron la corrupción y las elecciones.
Mencionó, además, el caso del presidente de Brasil, Michel Temer, que evitó un juicio por cargos de corrupción después de que sus aliados en el Congreso votaran para bloquear dos solicitudes de enjuiciamiento de la Corte Suprema.
Recordó también el caso Odebrecht que “casi le cuestan la presidencia al peruano Pedro Pablo Kuczynski, que enfrentó una posible acusación en diciembre” y que llevó a la remoción del cargo del vicepresidente ecuatoriano, Jorge Glas.
En el caso de las elecciones señaló las “irregularidades” en las votaciones presidenciales de Hondurasen noviembre pasado, así como la victoria “criticada por la OEA” del Frente Sandinista en Nicaragua en las municipales de noviembre y la anulación del referéndum de 2016 que determinó en Bolivia el presidente Evo Morales de cara a una cuarta reelección presidencial en 2019.