Venezuela parece silenciosamente haberse dado por vencida de persuadir a sus pares de la OPEP a recortar la producción para impulsar el precio del petróleo, conforme el país que ha luchado para aumentar su propia producción, se centra en estrategias alternativas para aumentar los ingresos.
La nación latinoamericana con mayores reservas de crudo del mundo quiere crear una nueva mezcla – que mezclaría el petróleo pesado de Venezuela con variedades más ligeras de países como Argelia – para las refinerías estadounidenses.
“Trabajar conjuntamente con los países miembros de la OPEP es parte de nuestra estrategia, no sólo para defender un precio razonable y justo, sino también para posicionar a los productores de la OPEP como actores clave en el mercado del petróleo”, dijo Eulogio Del Pino, director de la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA), al Financial Times.
Mientras que el presidente, Nicolás Maduro, ha hecho un llamamiento para el retorno del precio del petróleo a US$100 el barril, los conocedores de la industria dicen que el empuje de PDVSA por crear nueva mezcla de crudo es un reconocimiento de la necesidad de adaptarse a un prolongado período de precios más bajos.
Una oleada de suministro liderada por EEUU superó la demanda el año pasado y causó una espiral descendente en los precios. La caída del precio de profundizó aún más después de que la OPEP, liderada por Arabia Saudita – el mayor productor del cartel – se negó en noviembre a recortar la producción en una batalla por mantener su cuota de mercado.
“Es la estrategia empresarial de Venezuela para colocar su crudo en el mercado internacional”, dijo el Sr. Del Pino. “Arabia Saudita tiene su propia estrategia. No hay conflicto”.
La retórica antes de la reunión de los ministros de la OPEP de la próxima semana en Viena es notablemente más suave que antes de la última reunión. Rafael Ramírez, el entonces representante de Venezuela en la OPEP, fracasó en su intento de convencer a influyentes productores del Golfo y proveedores como Rusia y México en recortar la producción para apuntalar los precios del petróleo.
Miembros económicamente débiles, como Venezuela -donde los ingresos petroleros equivalen al 96 por ciento de las exportaciones – fueron empujados a nuevas turbulencias fiscales cuando el precio del crudo Brent cayó a US$45 el barril en enero.
El Sr. Del Pino ha tratado de separar la estrategia de la mezcla de la posición del país con respecto a la OPEP. Para él la mezcla propuesta es una solución corporativa para “competir mejor” con la hinchazón de suministros estadounidenses y “aprovecharse” de las refinerías venezolanas en EEUU.