Los mayores partidos opositores de Venezuela decidieron no participar en las elecciones presidenciales de abril ante la falta de condiciones electorales, anunció el martes uno de sus dirigentes.
En tanto el gobierno redobló la apuesta y anticipó que propondrá que en los mismos comicios sean elegidos los diputados del Congreso, dominado por la oposición y cuyo mandato finaliza en 2020.
El vicepresidente del partido Acción Democrática, diputado Edgar Zambrano, dijo a The Associated Press que su organización y las fuerzas Primero Justicia y Un Nuevo Tiempo decidieron sumarse a la postura de Voluntad Popular, la tercera fuerza opositora, de no acudir a los comicios.
“Necesitamos el conjunto de todas las fuerzas de la oposición y desde ese punto de vista si no está Voluntad Popular, si no está Primero Justicia, si no está Un Nuevo Tiempo, pues se hace muy cuesta arriba ir contra una matriz que se va a generar a favor de la no participación”, indicó el dirigente.
Voluntad Popular, que dirige el líder encarcelado Leopoldo López, anunció la semana pasada que no postularía ni respaldaría a ningún candidato porque la consulta era “un fraude electoral” y pidió al resto de las organizaciones no inscribir postulantes ya que de lo contrario estarán “haciéndole un favor a la dictadura”.
Zambrano adelantó que la oposición centrará su lucha en “defender la institución del voto en condiciones electorales de equidad, donde prive el legítimo derecho a la defensa y el respeto del árbitro”.
El Consejo Nacional Electoral (CNE) -controlado por el oficialismo- inhabilitó este mes a Voluntad Popular y Primero Justicia para inscribir candidatos.
La oposición rechazó la convocatoria a elecciones presidenciales para el 22 de abril que fijó el CNE alegando que la fecha no se ajusta a las regulaciones locales que establecen un plazo mínimo anticipado de seis meses para preparar el material electoral y los equipos, realizar las auditorías, entrenar a los testigos de mesas y efectuar la campaña electoral.
Durante las negociaciones que mantuvieron por más de un mes el gobierno y la oposición en República Dominicana la coalición opositora exigió además la designación de nuevos directivos del CNE y la presencia de observadores internacionales independientes apoyados por Naciones Unidas. Pero el diálogo fracasó ante la decisión de fijar fecha de elecciones.
En tanto el vicepresidente del oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela, Diosdado Cabello, dijo el martes a una radio estatal que propondrá a la Constituyente que el 22 de abril también se elijan los diputados de la Asamblea Nacional. El Congreso -que es controlado por la oposición- fue electo en diciembre de 2015 para legislar por un período de cinco años, según lo previsto en la constitución.
Cabello justificó la convocatoria anticipada de elecciones de diputados alegando que “nosotros no tenemos Poder Legislativo. El Poder Legislativo no existe aquí en Venezuela. Es una cueva de dinosaurios”.
La coalición opositora, que integran una veintena de partidos, inició este mes una serie de consultas para tratar de lograr una posición de consenso sobre las elecciones del 22 de abril pero la decisión se ha complicado debido a que algunas pequeñas organizaciones se han mostrado a favor de participar.
La organización opositora Avanzada Progresista, que dirige el ex gobernador del estado central de Lara y precandidato presidencial Henri Falcón, espera definir en las próximas horas su postura.
Por su parte Javier Bertucci, un pastor evangélico y fundador de la asociación civil El Evangelio Cambia, lanzó el domingo su candidatura al igual que el ex alcalde opositor de Caracas, Claudio Fermín, quien anticipó en enero que se postulará de forma independiente.
Estados Unidos y otros gobiernos de la región, a través del llamado Grupo de Lima, han cuestionado la convocatoria y han pedido al presidente Nicolás Maduro cambiar la fecha de la consulta.
Las divisiones dentro de la oposición son vistas por los analistas como una situación que favorece Maduro quien a pesar de tener un respaldo popular que ronda el 20% y enfrentar una profunda crisis económica figura como favorito para lograr la reelección y gobernar por seis años más.
Venezuela enfrenta una desbordada inflación que cerró el año pasado en 2.616%, según congresistas opositores, y que según el Fondo Monetario Internacional podría llegar a 13.000% en 2018.