Vecinos del doctor Ángel Salvador Forastieri, de 86 años, asesinado la tarde del martes por un desconocido en su vivienda de Ciudad Nueva han sido impactados por el suceso.
Lo definieron como un hombre tranquilo y servicial.
Máximo Cardoze, quien vive frente a la residencia de la víctima, en la calle Polvorín, contó conmovido que vio a un hombre salir corriendo de la casa de su amigo, y segundos después Forastieri apareció caminando hasta la puerta de su vivienda, con la mano en su pecho ensangrentado, y se desplomó.
“Eran como las 5:00 de la tarde y yo miré para la casa de mi amigo; la puerta de hierro y madera estaban abiertas, y entonces yo me quedé mirando y un hombre salió corriendo, y segundo después salió el doctor como cayéndole atrás, pero solo llegó hasta el muro de la acera y se cayó”, expresa Cardoze.
Dijo que trató de ayudarlo y, al levantarlo, vio que tenía el pecho lleno de sangre, pidió ayuda y fue llamado el Sistema de Emergencias 911, pero cuando llegó, ya estaba muerto.
Cardoze, quien compartió con el doctor asesinado durante más de 40 años, dijo que era un hombre muy pacífico y atento con sus amistades.
“Aunque yo creo que últimamente la edad le estaba afectando, él siempre se iba a las 5:00 de la tarde para cerrar su consultorio, y sus hijos, quienes lo visitaban cada día, no querían que su padre siguiera trabajando”, dice. El vecino del médico dice que no ocurren tantos hechos delictivos, por lo menos en esa calle, aunque resalta que hace varias semanas despojaron de su celular a un joven.
Indicó que en esa zona los policías patrullan mucho.
En tanto, José Collado, quien conoció al doctor hace más de 40 años, expresó que Forastieri sabía mucho, y que cuando una persona enferma iba a consultarse con él y no tenía dinero, eso no era un impedimento.
“Cuando una persona iba a su consultorio él le preguntaba si tenía dinero, porque ayudaba mucho a los pobres. Era médico naturista y siempre ayudaba a los pobres”, resalta.
Dice que el doctor no se metía con nadie, siempre estaba alegre y relajaba con sus vecinos. “Es una noticia que me ha caído muy mal, porque lo conozco desde hace 40 años, entonces imagínate, perderlo de esa forma duele”, precisó.
Indica que en la calle donde reside no ocurren muchos atracos, sino que a veces los delincuentes se roban los retrovisores de los vehículos.