Cuando se daba por hecho que la carrera de Nicky Jam se había acabado por sus problemas con las drogas y el alcohol, el cantante estadounidense dio una lección de superación y humildad a todos sus seguidores, demostrando que sí se puede salir de ese oscuro mundo con “mucha voluntad”.
De ese proceso de transformación ha surgido el disco “Fénix”, cuyo título se refiere al ave mitológica que moría para renacer con toda su gloria.
“Me caí y me levanté de nuevo”, dice orgulloso el músico afincado en Colombia, en una entrevista con Efe mientras observa la portada del primer álbum que saca en diez años.
Conocido también como el “Ave Fénix” del género urbano, el intérprete confiesa que mucha gente lo dio por perdido porque creía que jamás volvería a pisar un escenario.
“Tuve una caída bastante grande durante muchísimos años. Luché fuerte porque la gente pensó que no iba a volver a estar donde estoy hoy en día en el mundo de la música”.
El cantante, de 45 años, está muy agradecido con el apoyo de su familia tras haber tocado fondo y “resurgir de las cenizas”, una frase legendaria del antiguo Egipto de la que se ha apropiado para hablar de sí mismo.
Ahora valora poder compartir con sus seres queridos, quienes lo han apoyado en los capítulos más difíciles de su vida, los triunfos en su carrera musical.
“En estos momentos es cuando uno valora más a la familia. A veces uno cree que las cosas que te pasan en la música son importantes, pero lo importante es la familia”, asevera.
La canción “Voy a beber” supuso un punto de inflexión en su trayectoria.
Con ella se dio cuenta de que su música estaba traspasando fronteras y que, por fin, estaba encauzando de nuevo su carrera.
Algunos de esos éxitos, como “El Perdón” o “Hasta el amanecer”, se incluyen en este trabajo, además de veinte nuevos temas, junto a artistas como J Balvin, Daddy Yankee, Cosculluela, Arcángel o Sean Paul.