Uno de los grandes retos a los que ahora mismo se enfrentan miles de científicos de todo el mundo es el de detener la propagación del VIH. La Fundación Bill y Melinda Gates ha puesto la mirada en este problema y está apoyando económicamente el desarrollo de una pequeña bomba de infusión que se implantaría en la piel e impediría el contagio de la enfermedad.
La inversión de la familia Gates, que asciende a 140 millones de dólares, está permitiendo que científicos de Intarcia, una compañía biofarmacéutica de Boston, puedan crear una pequeña bomba de infusión que daría al paciente la dosis diaria necesaria para evitar el contagio en un periodo de tiempo que podría ser de entre 6 y 12 meses.
Sue Desmond-Hellmann, directora general de la Fundación Bill y Melinda Gates, aseguró que: “Hay una necesidad vital de intervenir en la propagación del VIH, estamos convencidos de que esto va a prevenir que las personas pongan en riesgo su vida día a día”.
La pequeña bomba de infusión podría tener el mismo tamaño que una cerilla, de este modo se incrustaría dentro de la capa dérmica del paciente y desde allí iría soltando el medicamento. Cabe destacar que esto sería sólo aplicable a gente que no estuviese contagiada, ya que se trata de un tratamiento experimental y preventivo.
Hasta el momento, sólo existía un medicamento llamado PrEP que si se tomaba a diario podía reducir de forma considerable el riesgo de contagio del VIH, pero esto resultaba totalmente insuficiente y caro para que la mayoría de la población pudiese acceder al medicamento sin ningún tipo de problema.
A pesar de los esfuerzos que Fundaciones como la de Bill y Melinda Gates están haciendo para intentar detener esta epidemia que sólo en el África subsahariana afecta a más de 24 millones de personas, la propagación del VIH seguirá estando a la orden del día hasta que todos los gobiernos mundiales se pongan de acuerdo.