Ariel Carrasco, un dominicano de 24 años vecino de Zaragoza, falleció ayer de cuatro disparos en su domicilio de la calle Navas de Tolosa, en el barrio de Delicias. A escasos portales del cibercafé donde, en junio del 2012, fue asesinado un empresario zaragozano. En esta ocasión la víctima murió de cuatro disparos, y una bala perdida hirió además a Pascuala Benito, una vecina de la casa contigua, de 65 años. Afortunadamente, el proyectil solo le rozó un costado, pero fue llevada al hospital Clínico para descartar más lesiones.
La investigación apenas ha comenzado, y fue declarada secreta por la jueza Nicolasa García, titular del Juzgado de Instrucción número 8 de Zaragoza, de guardia ayer. Fuentes policiales señalaron que todo apunta a un ajuste de cuentas por drogas.
El tiroteo tuvo lugar en torno a las 18.30 horas, en el piso segundo C del portal 25 de la citada calle. Las fuentes consultadas no pudieron aclarar las circunstancias más allá del tiroteo, que se produjo en su casa. La víctima recibió cuatro disparos, todos de frente. No explicaron cómo la bala perdida alcanzó a la vecina en su piso de la puerta contigua.
Su hijo, Félix Bartolomé, que llegó del trabajo visiblemente alterado –había dejado a su hija con los abuelos–, tampoco se lo explicaba. “Esto se veía venir, todo el día con fiesta en esa casa, gente entrando y saliendo”, lamentaba. Se tranquilizó al convencerse de que sus familiares no estaban heridos graves.
La Policía informó sobre las 19.30 horas a la pareja del fallecido de la muerte de este, mientras otros familiares y amigos esperaban en la calle, visiblemente conmocionados. No quisieron o no pudieron aportar muchos más datos sobre Ariel aparte de que era un apasionado del baloncesto y que llevaba unos ocho años –cinco, según otros vecinos– viviendo en la casa con su familia.
La comisión judicial se llevó el cuerpo al Instituto de Medicina Legal de Aragón sobre las 21.00 horas, donde presumiblemente hoy se le practicará la autopsia. Al cierre de esta edición, la Policía no había encontrado el arma homicida ni a quien la empuñaba en el asalto a la vivienda de Delicias.
