El presidente estadounidense, Donald Trump, despidió ayer a su secretario de Estado, Rex Tillerson, con quien tenía relaciones notoriamente difíciles, que será reemplazado al frente de la diplomacia estadounidense por el director de la CIA, Mike Pompeo.
Tras meses de rumores sobre su inminente salida, un tuit selló el destino del exdirector ejecutivo de ExxonMobil, que luchó para encontrar su lugar en Washington y mantiene una relación difícil con el inquilino de la Casa Blanca.
“Mike Pompeo, director de la CIA, se convertirá en nuestro nuevo secretario de Estado. ¡Hará un trabajo fantástico!”, tuiteó Trump. “¡Gracias Rex Tillerson por sus servicios!”, agregó.
La Casa Blanca hizo saber que el presidente quería reorganizar su equipo para entablar negociaciones históricas con Corea del Norte. Trump aceptó la semana pasada una invitación del líder norcoreano Kim Jong Un a una reunión para fines de mayo para discutir la desnuclearización de la península coreana, cuya fecha y lugar aún no se han determinado.
Irónicamente, hace cinco meses Trump había denostado públicamente a Tillerson por querer iniciar un acercamiento con Corea del Norte. “Está perdiendo su tiempo intentando negociar”, tuiteó el presidente. “¡Conserva tu energía Rex, haremos lo que deba hacerse!”.
Consultado sobre sus razones para echar a Tillerson, el presidente mencionó desacuerdos, en particular sobre el programa nuclear iraní.
“Nos llevamos bastante bien, pero discrepamos en cosas”, dijo. “El acuerdo con Irán pensé que era terrible, él pensó que estaba bien”.
– Una mujer para la CIA
Al despedirse, Tillerson, que tuvo palabras de agradecimiento para todos menos para Trump, reveló que dejará su puesto el 31 de marzo, pero hasta entonces delegará sus funciones al subsecretario John Sullivan.
En un breve discurso en el que celebró los frutos de la presión de la comunidad internacional sobre Corea del Norte, el secretario de Estado saliente advirtió sobre el “comportamiento y las acciones preocupantes del gobierno ruso”.
Trump anunció también la nominación de Gina Haspel para dirigir la Agencia Central de Inteligencia (CIA), la primera mujer elegida para ese puesto. Pero el nombramiento es controvertido: Haspel, una espía experimentada, es señalada de participar en torturas a detenidos tras los ataques del 11 de septiembre.
El senador republicano John McCain, destacada figura en el Congreso y feroz adversario de toda tipo de tortura, pidió a los legisladores que examinaran con cuidado el involucramiento de Haspel en “este programa vergonzoso”.
McCain, que fue torturado en cárceles en el norte de Vietnam, encabezó las denuncias sobre las “técnicas avanzadas de interrogatorio”, un eufemismo utilizado por la administración de George W. Bush para describir los métodos utilizados contra los detenidos sospechosos de terrorismo.
– “Espero descansar”
Muestra de las tensiones en un gobierno marcado por las renuncias y los despidos, el presidente no advirtió al jefe de la diplomacia de su decisión. Varias horas después de publicar su tuit, lo llamó desde el Air Force One, el avión presidencial que lo llevó a California.
El subsecretario de Estado, Steve Goldstein, quien más temprano había dicho en Twitter que Tillerson desconocía el motivo de su despido, y que “tenía toda la intención de quedarse debido al progreso tangible logrado en cuestiones críticas de seguridad nacional”, también fue despedido. “Espero descansar un poco”, dijo a la AFP.
Durante su gestión, Tillerson se vio muchas veces forzado a negar que se había peleado con Trump, y prometió permanecer en el cargo a pesar de trascendidos de que alguna vez calificó al presidente de “imbécil”.
Como jefe de la diplomacia estadounidense enfrentó varios retos, desde la amenaza nuclear de Corea del Norte hasta problemas con Rusia y supuestos ataques contra diplomáticos estadounidenses en Cuba.
Pero sus esfuerzos a menudo fueron eclipsados por el estilo poco diplomático de Trump y sus tuits burlones que provocaron tensiones internacionales.
– “Tremendo intelecto” –
Sobre Pompeo, un exoficial del ejército estadounidense y congresista que dirigió la Agencia Central de Inteligencia (CIA) desde enero de 2017, Trump elogió su “tremenda energía” y “tremendo intelecto”, considerándolo como “la persona adecuada para el trabajo en este momento crítico”.
La embajadora de Estados Unidos ante la ONU, Nikki Haley, celebró el nombramiento. “Excelente decisión”, dijo, felicitando a su “amigo” Pompeo sin decir una palabra sobre Tillerson.
Aaron David Miller, un exdiplomático especializado en Medio Oriente, no ocultó su asombro. “Después de haber trabajado con media docena de secretarios de Estado, pensé que había visto casi todo en términos de intriga burocrática y telenovela política”, escribió en un artículo publicado en el sitio web de CNN.
“Bienvenido a Trumpland”, dijo Miller, al destacar el “humillante” despido de Tillerson a través de las redes sociales.
Más discretamente, Trump también agradeció su trabajo a su asistente personal, John McEntee, despedido según varios medios estadounidenses por ser investigado por delitos financieros.