Donald Trump hizo un nuevo gesto ayer a favor de Puerto Rico, donde los daños del huracán María se comparan con los de Katrina en Nueva Orleans en 2005, y anunció el levantamiento temporal de restricciones marítimas para acelerar la ayuda a la isla. Criticado por la lentitud de la asistencia aportada por su administración al territorio estadounidense del Caribe, Trump anunció el martes que el 3 de octubre viajará a Puerto Rico.
El presidente flexibilizó este jueves las restricciones en materia de transporte marítimo dispuestas por una ley llamada “Jones Act” instaurada en 1920, que exige que las mercancías trasladadas entre puertos estadounidenses lo sean en naves estadounidenses explotadas por un operador estadounidense.
El levantamiento de estas restricciones para la isla y sus 3,4 millones de habitantes “entrará en vigor inmediatamente”, precisó a la AFP Sarah Huckabee Sanders, portavoz del Ejecutivo estadounidense. El Departamento de seguridad interior señaló, sin embargo, que dichas restricciones se levantarán solamente durante 10 días.
El senador republicano John McCain, la representante demócrata Nydia Velazquez, el gobernador de Puerto Rico Ricardo Rossello y la alcaldesa de la capital San Juan, Carmen Yulin Cruz, habían presionado a Trump para que levantase ese freno al envío de ayuda a la isla.
“Señor presidente, no levantar esas leyes de cabotaje es inmoral. Es un acto de represión financiera que sólo conseguirá agravar nuestra crisis”, había tuiteado el miércoles Yulin Cruz, quien este jueves se congratuló por el anuncio de la Casa Blanca. “Es un acto de justicia”, dijo la alcaldesa en la cadena CNN, afirmando que la ley vigente encarecía todos los bienes que llegan por mar entre un 30 y un 33%. “Es el momento de que los productos de primera necesidad lleguen a las manos de la gente”, se quejó, lamentándose de los 3.000 contenedores de ayuda que se encuentran bloqueados en el puerto de San Juan a causa del desacuerdo con la administración sobre su distribución.