El presidente estadounidense, Donald Trump, sacó hoy pecho de los logros de su mandato en el Día de los Caídos en EE.UU., una fecha festiva en el país norteamericano destinada a rendir homenaje a todos los militares fallecidos en combate.
“¡Feliz Día de los Caídos (Memorial Day, en inglés)! Aquellos que murieron por nuestro gran país estarían muy contentos y orgullosos de lo bien que nuestro país lo está haciendo”, señaló Trump en su cuenta oficial de Twitter.
El mandatario destacó que la economía del país es la mejor “en décadas” y que los porcentajes de desempleo en las comunidades afroamericana y latina son los más bajos “de la historia”.
La economía estadounidense se moderó levemente en el primer trimestre de 2018, hasta el ritmo anual del 2,3 %, un dato precedido por un crecimiento del 2,9 % en el último trimestre de 2017.
Esa primera cifra trimestral de 2018 se quedó lejos de la promesa de Trump de llevar el crecimiento económico a una tasa anual del 3 %, impulsado por un enorme plan de estímulo fiscal que incluye notables recortes de impuestos para las empresas y, en menor medida, los trabajadores.
Precisamente, esta amplia reforma fiscal, aprobada en diciembre y considerada uno de los mayores éxitos desde su llegada a la Casa Blanca, tiene como objetivo estimular a medio plazo la economía del país estadounidense.
Por otro lado, el índice de desempleo de Estados Unidos cayó al 3,9 % en abril, la primera vez que baja del 4 % desde el 2000.
Sin embargo, la tendencia de los datos de desempleo del último periodo del expresidente Barack Obama (2009-2017) ya iba en esa dirección, ya que abril fue el mes número 91 en el que creció el empleo de manera consecutiva.
En su tuit, Trump recalcó también “la reconstrucción” de las Fuerzas Armadas de EE.UU. “y mucho más”.
En este sentido, firmó en diciembre el presupuesto del Pentágono de casi 700.000 millones de dólares para el año fiscal 2018, que incluye fondos adicionales para las operaciones en Afganistán y Siria.
Desde su llegada al Despacho Oval, Trump ha insistido en la necesidad de reforzar las capacidades militares de EE.UU. después de que, a su juicio, el gobierno previo de Obama rebajase su poderío como parte de una política exterior debilitada.