El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, amenazó hoy a Arabia Saudí con un “castigo severo” si se demuestra que agentes saudíes mataron al periodista Jamal Khashoggi, un suceso que el mandatario consideró “realmente terrible y asqueroso”.
En una entrevista con la cadena CBS, Trump prometió que tomará represalias contra el Gobierno saudí, tradicional aliado de Washington en Oriente Medio, si se descubre que ordenó el asesinato de Khashoggi, que fue visto por última vez el 2 de octubre en el consulado saudí en Estambul.
“Vamos a llegar al fondo del asunto y habrá un severo castigo”, prometió Trump en un extracto de una entrevista con la cadena CBS que se emitirá completa mañana.
El mandatario, sin embargo, no precisó si su Ejecutivo está barajando alguna acción concreta.
Un grupo de senadores, liderado por el republicano Bob Corker y el demócrata Robert Menéndez, dio el miércoles a Trump un plazo de 120 días para decidir si EE.UU. debe imponer sanciones contra cualquier funcionario saudí que pueda estar implicado en la desaparición o muerte de Khashoggi.
Hasta ahora, Trump ha manifestado reticencias a la imposición de sanciones y tampoco se ha mostrado dispuesto a suspender la venta de armas al reino, el mayor cliente de la industria armamentística estadounidense y que, solo en 2017, acordó la compra de armamento por valor de 18.000 millones de dólares.
Preguntado al respecto, Trump explicó que otros países, como Rusia y China, han tratando de conseguir contratos armamentísticos con Arabia Saudí y argumentó que terminar con ese abundante flujo comercial podría perjudicar a la economía estadounidense.
“Están ordenando equipos militares. Todo el mundo quería ese pedido (de Arabia Saudí). Rusia lo quería, China lo quería, nosotros lo queríamos. Y nosotros lo conseguimos, conseguimos todo. Y le diré lo que no queremos (…), no queremos perjudicar al empleo. No queremos perder un pedido como ese”, dijo Trump a la periodista que le entrevistaba.
“Y usted sabe -añadió- existen otras formas de castigo, usando una palabra que es bastante dura, pero es verdad”.
El Gobierno saudí niega haber dado la orden de matar a Khashoggi, un periodista que escribía en el diario The Washington Post y que había criticado al actual príncipe heredero, Mohamed bin Salman.
Sin embargo, según publicó esta semana el Post, el Ejecutivo turco ha dicho a funcionarios estadounidenses que tiene vídeos y grabaciones de audio que demuestran que Khashoggi fue asesinado en el interior del consultado saudí en Estambul por un equipo de seguridad, que posteriormente desmembró su cuerpo.
Khashoggi había acudido al consulado saudí para recoger unos documentos que necesitaba para poder casarse con su novia turca, que se quedó esperando fuera del edificio.
A pesar de las negativas de Riad, Trump hoy consideró que las autoridades saudíes podrían estar detrás del supuesto crimen.
“Se está investigando, se está analizando con mucha fuerza. Y si eso fuera así, estaríamos muy molestos y enojados. Por ahora, ellos lo niegan vehementemente. ¿Podrían ser ellos? Sí”, concedió Trump, quien posteriormente aseguró: “En un futuro no muy lejano, creo que sabremos una repuesta”.
Por otro lado, el mandatario, muy crítico con la prensa estadounidense, consideró que el asunto es especialmente grave porque se trata de un periodista.
“Quizás porque era un reportero, creo que por eso hay mucho en juego aquí. Es algo que te sorprenderá que yo diga, pero hay algo muy terrible y asqueroso sobre eso, si ese es el caso. Vamos a tener que ver”, señaló.
A lo largo de la semana, Trump ha ido endureciendo su tono sobre la desaparición de Khashoggi, que residía en Estados Unidos.
El mandatario conversó esta semana sobre el caso con los “más altos niveles” del Ejecutivo saudí, y el viernes por la noche, en declaraciones a la prensa, dijo que planea hablar “en algún momento” con el rey Salman bin Abdelaziz.
Trump enfrenta cada vez mayor presión por parte de miembros del Congreso para modificar la relación de Washington con la monarquía saudí, cuestionada por su actuación al frente de una coalición militar en la guerra de Yemen.
Los legisladores estadounidenses han incrementado sus críticas al reino tras el bombardeo del 9 de agosto que acabó con la vida de más de 40 niños.