El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sostiene en una entrevista con The New York Times que no ha habido ninguna conspiración con Rusia en su campaña electoral, pero considera que la investigación perjudica a la imagen de Estados Unidos.
Según la entrevista que publica hoy el diario neoyorquino, el mandatario norteamericano asegura que “no ha existido ninguna conspiración” con el Gobierno ruso para favorecer su candidatura electoral frente a la aspirante demócrata Hillary Clinton.
Trump piensa que, en cualquier caso, será tratado imparcialmente por el fiscal especial, Robert Mueller.
El gobernante republicano repite hasta en catorce ocasiones que “no hubo conspiración” con Rusia en la improvisada conversación de 30 minutos que mantuvo con el periodista del diario en su club de golf de West Palm Beach (Florida), donde disfruta de sus vacaciones navideñas.
Atribuye el complot con Rusia a los demócratas e insiste en que fue el desconocimiento de Hillary Clinton del sistema de elecciones presidenciales lo que causó su derrota y no una conspiración con Moscú.
“Hicieron la historia de Rusia como un engaño, como una estratagema, como una excusa para una derrota electoral que, en teoría, los demócratas debieran haber ganado con el Colegio Electoral”, afirma.
“Yo no hice tratos con Rusia, gané por ser de lejos mucho mejor candidato. Gané pues hice la campaña adecuada y ella no. Ella hizo campaña para ganar el voto popular. Yo hice campaña para el Colegio Electoral”, explica Trump.
“La genialidad es que el voto popular es una forma de hacer campaña electoral completamente diferente. Y Hillary nunca entendió eso”, precisa el presidente estadounidense.
“Yo fui cinco veces a Maine, la genialidad del Colegio Electoral es que vas a lugares que podrías no ir”, aclara el ganador de las elecciones de 2016 al repasar su victoria y su mandato al término de su primer año en la Casa Blanca.
En la defensa de sus logros legislativos, Trump ataca a los demócratas por no aceptar acuerdos en asuntos como los seguros médicos y el programa conocido como Obamacare, cuya obligatoriedad critica, o la bajada de impuestos, que, reitera, pudo hacerse de manera “bipartidista”.
No obstante, asegura que en sus proyectos de infraestructuras puede contar con el apoyo de “tantos votos demócratas como republicanos”.
“Hemos gastado el pasado mes 7 billones de dólares en Oriente Medio. Y Oriente Medio sigue peor que hace 17 años. Y si quieres 12 billones para arreglar carreteras y autopistas no lo puedes obtener”, se lamenta Trump.
“Quiero al menos una ley de Infraestructuras con un billón de dólares. Queremos reparar carreteras, autopistas y puentes, que algunos están en muy mal estado, e incluso algunos en determinadas circunstancias pueden colapsar”, advierte el mandatario que no duda de que “en diez años se derrumbarán”.
Sobre otras controvertidas cuestiones como la inmigración, reitera que acabará con la “lotería” de los visados, sistema de acceso al país que tilda de mejorable, y subraya que optará por otro basado en méritos.
De las cuestiones comerciales recuerda que pretende renegociar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN, en inglés NAFTA), que descalifica como un acuerdo “espantoso para nosotros”.
“Si no logro un buen acuerdo, lo liquido en dos segundos”, advierte Trump, quien horas después de criticar a China por traficar con petróleo con Corea del Norte asegura que “la guerra es lo único más importante para mi que el comercio”.
Tras subrayar sus buenas relaciones personales con el presidente de China, Xi Jinping, advierte de que el perjuicio del déficit comercial y el robo de propiedad intelectual en China, que valora conjuntamente en 650.000 millones de dólares, puede ser contemplado de diferente manera “si me ayudan con Corea del Norte, al menos por algún tiempo”.
“Pero si entra petróleo (en Corea del Norte), no estoy contento”, reitera Trump, quien precisa que sus advertencias “no fueron un tuit. Son las redes sociales y llegan a todo el mundo”.
Al ironizar que, sin su presidencia, el “declinante New York Times sería el fallido New York Times”, el gobernante norteamericano puntualiza que tiene a “158 millones de personas” como seguidores en sus redes sociales.