NUEVA YORK – Al día siguiente del paso de la tormenta Juno, las autoridades municipales continuaban justificando la decisión de suspender el servicio de trenes y autobuses que paralizó la ciudad por varias horas.
Tom Prendergast, presidente de la Autoridad Metropolitana de Transporte (MTA), explicó ayer en una columna de opinión en el Daily News que la decisión buscó garantizar “la seguridad de los usuarios y empleados … (y) restaurar servicios esenciales lo más rápido posible”.
El funcionario sostuvo que se tomó en cuenta el impacto de la súper tormenta Sandy de 2012 y la tormenta de nieve de diciembre de 2010, que dejó 400 usuarios de trenes y 600 autobuses varados.
“La MTA ha aprendido que durante algunos eventos climatológicos la mejor respuesta es suspender el servicio y estacionar los trenes en lugares seguros”, agregó Prendergast.