WASHINGTON. AFP. Insultos, ataques personales en la red Twitter, ironías por televisión: el comportamiento de Donald Trump hacia las mujeres, incluyendo su adversaria Hillary Clinton, se convirtió en un problema que podría costarle la elección. “Yo aprecio mujeres. Yo quiero ayudar a las mujeres”, dijo el candidato republicano en un momento de su carrera, rechazando el sello de misógino. Y sin embargo su carrera muestra otra cosa. Hace una semana se vio envuelto en una ruidosa polémica con una ex Miss Universo, la venezolana Alicia Machado, a quien había llamado “Miss Piggy” (Cerdita) porque había aumentado de peso. Pero el episodio es apenas el último capítulo de polémicas con mujeres periodistas, comediantes y políticas, que fueron objeto de comentarios de Trump por sus cuerpos, vidas sexuales, competencias o salud.