El próximo domingo los dominicanos estamos nuevamente convocados a las urnas a elegir nuestros gobernantes para los próximos cuatro años, en medio de una doble crisis de salud y económica.
Una jornada electoral en condiciones muy especiales, a tal grado que la anterior para alcaldes hubo de ser suspendida, y esta presidencial también, aunque por razones muy diferentes.
Estos comicios se realizan en medio de una gran tensión donde estañen juego muchas situaciones complejas, de forma que los que detentan el poder no están dispuestos a salir de él fácilmente y la oposición cree que las elecciones son una formalidad, que su triunfo es seguro.
Esos son factores peligrosos, que pueden conducirnos a situaciones nada saludables para el fortalecimiento de la democracia y las instituciones, cuando este país mas de necesita de tranquilidad, para encarar los graves retos que nos impuso la pandemia.
Pero lo importante es que todos acudamos a las urnas a ejercer nuestro derecho, a votar sin otra orientación que no sea la que no mande nuestra conciencia de ciudadanos librepensadores.
Que se puedan alejar las malas artes, la degradación de comprar documentos, conciencias y otras formas que limitan el sagrado derecho a elegir y ser elegidos, que tenemos los dominicanos.
Y confiamos que la Junta Central Electoral y todos los funcionarios electorales diseminados por todo el país, se muestren a la altura de la gran responsabilidad que le ha encomendado la nación en esta coyuntura histórica