Un hombre mató a otro y luego se suicidó este miércoles en el campus de la célebre universidad UCLA de Los Angeles, en el oeste de Estados Unidos, que permanecía bloqueada mientras que la policía registraba las instalaciones.
“Hacia las 10:00 de esta mañana hubo un homicidio y un suicidio en el edificio de Ingeniería“, dijo el jefe de policía de Los Angeles (LAPD), Charlie Beck.
“La situación parece totalmente bajo control. Pensamos que no hay otros sospechosos ni otra amenaza en el campus de la UCLA”, que acoge a unos 43.000 estudiantes, agregó.
El incidente fue señalado por múltiples llamados de auxilio. Dos hombres fueron encontrados “víctimas de heridas de bala”, según la LAPD. Igualmente, grupos de intervención de la policía continuaban registrando minuciosamente el edificio de la facultad Boelter Hall en busca de otras eventuales víctimas o atacantes en la zona.
Una escuela primaria del barrio también está bloqueada “por precaución”, precisaron las autoridades. “Tenemos centenares de agentes en el campus evaluando la situación”, dijo James Herren, jefe de seguridad de la UCLA, quien también destacó que la policía federal (FBI) interviene en el caso.
UCLA, una de las universidades más conocidas en el mudo, recibe estudiantes de todo el orbe, que realizan cursos e investigaciones que abarcan desde ciencias a cine, pasando por sociología y ciencias políticas.
Este tiroteo es el último en un país donde los ataques con armas de fuego son casi cotidianos. Desde el inicio del año hubo 5.451 muertos por armas de fuego en Estados Unidos y 21.549 incidentes implicando estas armas, según el sitio Gunviolencearchive.org.
Hace dos años, Elliot Rodger, de 22 años, apuñaló mortalmente a tres compañeros de apartamento, matando luego a tres mujeres con un arma de fuego en una universidad situada cerca de Santa Barbara, dos horas al norte de Los Ángeles. Al menos otras 13 personas fueron heridas por Rodger.
Otros tiroteos con víctimas mortales se registraron desde entonces en una universidad de Oregon (Portland, noroeste) y en un liceo de la región de Seattle (Washington, noroeste).
California fue escenario en diciembre de un ataque con fusil de asalto por parte de una pareja yihadista, en el que murieron 14 personas en San Bernardino. Fue el atentado más mortífero en Estados Unidos desde los del 11 de setiembre de 2001 en la costa este, que dejaron unos 3.000 muertos.
Los llamados a un control más estricto de las armas de fuego se multiplican luego de cada ataque, incluso en California, estado que cuenta con una de las legislaciones más estrictas del país. La UCLA prohíbe la tenencia y el porte de armas de fuego en el campus.