KUALA LUMPUR, Malasia (AP) — Catorce personas murieron el viernes en un enfrentamiento a tiros durante un intento de las autoridades de Malasia por poner fin a una crisis de tres semanas con unos 200 miembros de un clan filipino que ocupa una aldea en el este del país, dijo la policía.
Los integrantes de un clan real islámico del sur de Filipinas desembarcaron el 9 de febrero en la aldea costera de Lahad Datu, en el estado de Sabah, donde reclamaron el territorio como propio y fundamentaron su acción con documentos de propiedad de finales del siglo XIX.
Doce miembros del clan y dos comandos de la policía malasia perdieron la vida en el intercambio de disparos del viernes en la mañana que duró 30 minutos, dijo el jefe de la policía de Sabah, Hamza Taib.
Las autoridades malasias reforzaban un cordón de seguridad en torno a la aldea cuando los miembros del clan abrieron fuego, agregó. Dijo que tres policías resultaron heridos en el tiroteo y que la crisis continúa.
“No queríamos trabar combate con ellos pero nos dispararon. No tuvimos más opción que responder al fuego”, expresó telefónicamente Hamza a The Associated Press.
El primer ministro de Malasia, Jajib Razak, dijo que había dado a las fuerzas de seguridad la autoridad para que adoptaran cualquier acción que consideraran necesaria con el fin de acabar con la crisis, según lo citó el periódico The Star. Dijo que lamentaba el derramamiento de sangre.
“Estoy muy triste por el incidente porque sucedió lo que queríamos evitar, el derramamiento de sangre”, afirmó Najib.
La aldea fue ocupada por un grupo que encabeza Agbimuddin Kiram, hermano del jefe del clan real islámico filipino. El grupo desatendió exhortos previos del presidente filipino Benigno Aquino III de que se retirara de inmediato o afrontaría un proceso interno por el cargo de provocar un conflicto armado.
Las autoridades filipinas, que citaron al embajador de Malasia, Mohamad Zamri Mohamad Kassim, dijeron el viernes que 10 miembros del clan se habían rendido a la policía tras el tiroteo, mientras que el resto huyó y es perseguido por las autoridades malasias.
Pero Hamza dijo que nadie se había rendido. Indicó que los miembros del clan continúan parapetados en el poblado y que el operativo de seguridad sigue en marcha.