WASHINGTON. El gobierno de Donald Trump recibió en enero por lo menos dos advertencias sobre los contactos entre el entonces Asesor Nacional de Seguridad, Michael Flynn, y funcionarios rusos, aseguró este lunes ante el Senado la exsecretaria interina de Justicia, Sally Yates.
En un esperado testimonio bajo juramento, Yates aseguró que seis días después de la investidura del nuevo gobierno mantuvo una reunión con asesores de la Casa Blanca a quienes informó que, en su opinión, Flynn estaba expuesto a “chantaje” por parte de Rusia.
Un día más tarde, Yates participó de una segunda reunión en la Casa Blanca, con los mismos interlocutores, para discutir la situación de Flynn.
Sin embargo, Flynn solamente fue despedido de su cargo 18 días más tarde, después que sus contactos con el embajador ruso en Washington fueron revelados por la prensa.
Yates formuló estas afirmaciones ante la comisión de asuntos jurídicos del Senado, que investiga la alegada interferencia rusa en las elecciones presidenciales que se realizaron el año pasado en Estados Unidos.
De acuerdo con la exfuncionaria, ella y su equipo llegaron a la conclusión que la situación de Flynn se había tornado crítica para la Casa Blanca.
“Esto era un problema porque no solamente creíamos que Rusia sabía de esto sino que además poseía pruebas. Y eso generaba una situación de compromiso, en que el asesor de seguridad podría ser chantajeado por los rusos”, dijo Yates.
La funcionaria fue despedida del cargo el día 30 de enero después de circular un memorando interno en el departamento de Justicia orientando a su equipo a distanciarse del primer decreto presidencial con vetos al ingreso de inmigrantes y refugiados de varios países de mayoría musulmana.
“Las historias de colusión entre Rusia y Trump son una broma total”, reaccionó el presidente en la noche del lunes en una serie de tuits en los que comentó esta audiencia de tres horas.
“¿Cuándo esta broma a cuenta del contribuyente va a parar?”, se indignó Trump, visiblemente molesto por las investigaciones en curso en el Senado, en la Cámara de Representantes y en el FBI sobre una eventual “coordinación” entre algunos de los allegados al mandatario y Moscú.