La erupción del volcán de Fuego, ubicado a 35 km al sur de la capital de Guatemala, concluyó el sábado dejando varios evacuados, pero sin la magnitud de junio cuando provocó 190 muertos, informó una fuente oficial.
“Luego de 32 horas de actividad, el volcán de Fuego finaliza su fase eruptiva” al presentar una disminución en las explosiones, indicó en un boletín el Instituto de Sismología (Insivumeh).
Sin embargo, continúa con explosiones entre débiles a moderadas que elevan columnas de ceniza a unos 940 metros sobre el cráter que se desplaza a 15 km al suroeste y oeste y que afectan varias comunidades aledañas al cono.
Además, como remanente está un flujo de lava que alcanza unos 1.200 metros de longitud.
“Toda esta actividad se espera que desaparezca en las próximas horas”, augura el ente, aunque no descarta que en los días venideros también vuelva a incrementarse debido a la inestabilidad del coloso.
La nueva fase eruptiva comenzó la madrugada del viernes y provocó la evacuación preventiva de 62 personas, además el cierre de una carretera cercana al volcán, de 3.763 metros de altura.
Pese a que terminó la fase eruptiva, el vocero de la estatal Coordinadora para la Reducción de Desastres (Conred), David de León, dijo a periodistas que permanecerá la vigilancia pues otros dos volcanes también están activos.
El volcán Pacaya, situado a 20 km al sur de la capital, y el Santiaguito, a 117 km al oeste de Ciudad de Guatemala, aumentaron su actividad aunque sin entrar a una fase eruptiva.
El 3 de junio, el volcán de Fuego registró una potente erupción que provocó una avalancha de flujos piroclásticos (material volcánico ardiente) que arrasó una comunidad en el sur del país y dejó 190 fallecidos y 238 desaparecidos.