– Profesora, no puedo seguir en clases de teatro porque me fue mal en matemáticas.
– ¿Y eso qué tiene que ver?
– Que mi mamá y mi papá no me dejan venir a teatro hasta que no mejore las notas.
Por Ingrid Luciano Sánchez
Teatro Divergente
Cada año escolar me sucede al menos una o dos veces esta situación. Puede darse con las matemáticas, como puede ser con la clase de ciencias sociales o naturales o cualquier materia considerada “importante”. El punto es que muchos padres y madres consideran una medida efectiva sacar a sus hijos e hijas de clases de teatro para que les vaya bien en otras áreas. ¡Lo considero un grave error!
Quiero compartir cuatro problemas de esta medida:
1) Se trata de enseñar la “responsabilidad” para con unas materias, enseñando a la vez la irresponsabilidad para con los compromisos asumidos en el grupo o clase de teatro. Se envía un doble mensaje que confunde y NO aporta al supuesto objetivo inicial.
2) Se cree que el teatro le “quita tiempo” a los niños y niñas de las cosas “verdaderamente importantes”. No se está asumiendo el profundo aporte de las actividades artísticas a la formación integral de los niños y niñas.
3) Se castiga a los niños y niñas, privándoles de una actividad que les hace disfrutar y gozar. Esto, además de ser cruel y tortuoso, también hace que se asocien las demás materias -y por tanto el aprendizaje- con el sufrimiento.
4) Al tomar esta medida, nos olvidamos que la educación va mucho más allá de las calificaciones.
El teatro no “quita” tiempo. El teatro es un gran amigo de la educación.
Aquí solo siete elementos que te ayudarán a comprenderlo:
1) El teatro le aporta capacidad de concentración a quienes lo practican. La concentración es un elemento básico para el aprendizaje.
2) El teatro requiere de tomar decisiones de manera autónoma. Es, por tanto, un gran aporte para la madurez y el desarrollo de la personalidad de quienes lo practican.
3) El teatro aporta a la capacidad de trabajo en equipo. Esto es debido a su carácter colectivo.
4) El teatro aporta seguridad y comodidad con el propio cuerpo y forma de ser. Es una actividad que colabora en la estima personal de quienes lo viven.
5) El teatro aporta a la capacidad creativa y de inventiva de los niños y niñas.Permite mantener viva la imaginación y darle curso, en un mundo donde necesitamos de ella para vivir efectivamente.
6) El teatro anima a leer, escribir, contar y a cualquier materia… Aprendiendo con el teatro, se incorporan las enseñanzas más fácilmente.
7) El teatro divierte. La educación ha de ser divertida si quiere ser efectiva. Lo aburrido fácilmente se olvida.