Un simple recorrido por la Avenida Roosevelt, en el popular vecindario de Jackson Heights, en Queens, es suficiente para percatarse de lo popular que son los tatuajes y los “body piercing” (perforaciones corporales) entre los hispanos de Nueva York. En esa área hay prácticamente un salón de tatuajes y body piercings en cada cuadra.
Entre esos locales, uno de los más vistosos es el llamado “Sepelio Tattoos & Body Piercing” cuyo dueño, el mexicano Tony Flores, confirmó lo que aseguran algunos expertos en Salud, que el colocarse un tatuaje o ponerse un arete en la nariz, la lengua o el ombligo, es una idea que ronda por la cabeza de muchos adolescentes latinos.
La tentación es tan grande, que Flores recibe la visita diaria de entre tres a cuatro jóvenes en su tienda preguntando por tatuajes.
“Durante los 18 años que tengo en esta esquina siempre han llegado adolescentes. Vienen muchos chicos menores de 15 o 16 años, especialmente durante los días de escuela. Nos preguntan por tatuajes pero no se los hacemos”, aseguró Flores, quien es conocido en el área como “Maligno”.
Lo mismo ocurre en el estudio “Jakie Tatoo & Piercings”, a pocas cuadras de distancia, donde según contó una de sus empleadas, también acuden muchos adolescentes tratando que le hagan un tatuaje.
“Lo primero que hacemos si se ven muy jóvenes es pedirles el ID (identificación), y si no tienen no se le puede hacer. Inclusive si vienen con sus padres también tienen que tener la edad adecuada o si no, no los atendemos”, dijo Sandra Vergara, una colombiana que tiene más de cinco años trabajando como artista de tatuajes.
“Vienen con frecuencia tanto hembras como varones y creemos que tienen menos de 17 años”, agregó Vergara.
Esto lo confirmó la doctora Cora C. Breuner, presidenta del Comité de Adolescentes de la Academia Americana de Pediatría (AAP), que por primera vez publicó un reporte clínico dando recomendaciones y advertencias a los padres y médicos sobre ese tipo de modificaciones corporales en adolescentes y adultos jóvenes.
Según informó Breuner, el realizarse tatuajes en el cuerpo a una edad temprana es algo habitual entre algunas comunidades inmigrantes como la hispana. “Esto es muy común en la comunidad latina, en la que muchos jóvenes dicen que se van a hacer un tatuaje sin importarle qué piensen sus padres, pero los lugares a los que acuden pueden ser cerrados si tatúan a personas menores de edad”, acotó la pediatra, quien es la principal autora del estudio de la AAP titulado: “Adolescent and Young Adult Tattooing, Piercing and Scarification”, y quien también es profesora de medicina pediátrica y adolescente en el Seattle Children’s Hospital.
“La razón por la cual la Academia se motivó a realizar esta guía para los padres es porque hemos visto un incremento en el número de jóvenes y adolescentes que se están colocando tatuajes y body piercings; es algo mucho más aceptado en esa población y por esa razón pensamos que es muy importante que ellos estén conscientes de los potenciales riesgos de infecciones y otras complicaciones por ponerse algo como eso”, explicó Breuner.
Se estima que actualmente el 38% de los jóvenes entre 18 y 29 años en Estados Unidos (los llamados “millennials”) tienen por lo menos un tatuaje y 23% tiene un piercing en alguna parte del cuerpo distinta a las orejas, de acuerdo a estadísticas del “Pew Research Center” citadas en el reporte del AAP.
Puede ser algo ilegal
En la mayoría de los estados de Estados Unidos no está permitido legalmente hacerle tatuajes o piercing a niños menores de 18 años y sólo algunos pocos lo permiten si el joven es mayor de 16 y cuenta con el permiso de tus padres. En lugares como el estado de Nueva York, las leyes estatales requieren que los establecimientos pidan documentación que pruebe que la persona es mayor de 18 años, porque si son menores podrían estar haciendo algo ilegal. En cuanto a los piercings, en Nueva York se pueden colocar si se es menor de 18 siempre y cuando cuenten con el consentimiento de sus padres.
Pero la pregunta es: ” ¿Quiénes deben ser responsables, los lugares que ponen los tatuajes o los padres?
“Hay un debate sobre cuáles son la ramificaciones legales si se tatúa o se le hace un piercing a un menor. Técnicamente pueden ser llevados a Corte si hacen esto, porque es una prohibición legal. La gente debe entender que es ilegal y que si hacen eso están rompiendo la ley y ese fue uno de los propósitos por los cuales hicimos este reporte”, aclaró la pediatra.
Si el joven es mayor de 18 y se quiere hacer un tatuaje o piercing, la doctora cree que sigue siendo buena idea que vaya acompañado de sus padres, para que se percaten de que el lugar es seguro y limpio y también para que ayudarlos a no tomar decisiones a la ligera de las cuales se pueden arrepentir en el futuro.
“En nuestra tienda no hacemos tatuajes a menores, pero hay muchos lugares en esta área que sí lo hacen. Aquí vienen entre cuatro o cinco diarios, y muchos dicen que sus padres les han dado permiso. Yo los atiendo y les explico que no podemos hacerlo porque es ilegal en el estado de Nueva York”, comentó Patricia Sánchez, ecuatoriana que tiene 14 años desempeñándose como artista del tatuaje en el “Studio 316L, Tatoo & Body Piercing”, también en Jackson Heights.
Complicaciones médicas
Más allá de las implicaciones legales que pueda tener el realizarle piercings o tatuajes a un menor, una de las principales preocupaciones de los pediatras es la posibilidad de que los jóvenes desarrollen complicaciones médicas como infecciones debido a la presencia de virus y bacterias. Por lo general, según explicó la doctora Breuner, esto sucede porque se usan agujas viejas o que no han sido esterilizadas. También hay riesgos de contagio si el área donde se hará la perforación no ha sido limpiada adecuadamente y si el artista de tatuajes o piercings no utiliza guantes quirúrgicos o estériles.
“Si las agujas son rehusadas y no están desinfectadas pueden transmitir virus como la hepatitis o el VIH“, alertó Breuner, quien recomendó a los padres de jóvenes que han decidido tatuarse o perforarse el cuerpo que se aseguren que sus hijos tengan todas las inmunizaciones necesarias, incluyendo la del tétano así como la de la hepatitis B, con el fin de evitar contagiarse.
Aunque no es muy común, también existe el riesgo de contraer la peligrosa bacteria Staphylococcus aureus (Stap), que causa infecciones en la piel.
Para Flores, las agujas no son el principal problema, sino la higiene en general de local donde se hacen los tatuajes. “Las infecciones no ocurren tanto por las agujas, porque son desechables todas y no puedes utilizarla dos veces, ni para la misma persona. Las infecciones ocurren más que todo por la falta de limpieza del área donde está trabajando el tatuador. Yo por ejemplo uso guantes para agarrar todo”.
Con esto concuerda Sánchez. quien sugiere a los clientes inspeccionar el lugar antes de someterse a las agujas. “Si vas a un estudio tienes que fijarte que todo lo que están sacando sea desechable; las agujas, los tubos, todo. Que miren que los paquetes que están abriendo son nuevos”.
También, la AAP advierte que es primordial que los padres y los propios jovencitos consulten primero con su pediatra o médico de cabecera para conocer si el menor tiene un sistema inmunológico fuerte, o si está tomando medicinas que podría debilitarlo.
“Si alguien está tomando medicinas como el Prednison o un fármaco inmunosupresor que se usa para enfermedades como Crohn o Lupus, eso le debilita el sistema inmune, lo que quiere decir que si sufre una herida o una cortada cuando se haces un tatuaje o una perforación deliberada, su cuerpo va a tomar mucho más tiempo para sanar ese tatuaje o piercing, lo que puede permitir que bacterias entren a esa herida y causen una infección”, aclaró la Breuner.
Cuando se trata de piercings, las áreas más susceptibles a infecciones son las que tienen mucho tejido cartilaginoso como algunas partes de las orejas, el ombligo, la lengua, las cejas y la cara. Por ejemplo, una infección puede causar daño en el cartílado de la oreja y deformar el área.
“Hay riesgos con los piercings y tatuajes porque hay contacto con sangre. Por eso debes tener una licencia y haber estudiado primero sobre los riesgos que hay y no sólo cómo cuidar al cliente sino a tí mismo”, comentó Vergara.
La AAP sugiere a las personas que quieren realizarse un tatuaje que acudan a lugares limpios y con buena reputación, que tengan las licencias correspondientes y que estén regulados por las leyes estatales. Estos lugares también deben ofrecer información a los clientes sobre los riesgos de hacerse tatuajes y ponerse piercings así como la forma de cuidar y mantener el área tratada, los días posteriores al procedimiento.
Lo pueden pagar caro
Si bien la mayoría de los pediatras no ven los tatuajes o piercings como algo necesariamente negativo o malo, sí les preocupa cuando se los hacen en lugares muy visible, como la cara, el cuello, en sus manos o dedos, porque esta clase de “arte corporal” puede obstaculizar o interferir en sus posibilidades de obtener un empleo en el futuro. Según un sondeo realizado en 2014, el 76% de 2,700 personas entrevistadas admitió que sus tatuajes o piercings afectaron sus posibilidades de conseguir un trabajo.
“Vemos a muchos adolescentes y adultos jóvenes que se colocan tatuajes de manera impulsiva, sin pensar que es algo permanente y luego se arrepienten en el futuro. La gente no piensa en el hecho de que removerse un tatuaje puede ser un proceso muy doloroso y caro y usualmente no está cubierto por el seguro. No es tan fácil removerlos como una foto en Instagram”, dijo Breuner.
Como ejemplo, la doctora se refirió al caso de personas que se colocan un tatuaje por $60 o $100 y luego les cuesta de $600 a $800 para removerlo con laser. Esto sin contar que se trata de un proceso doloroso y no cien por ciento efectivo. Por ello sugirió que antes de ponerse o hacerse algo en su cuerpo que lo piensen muy bien. “Deben estar cien por ciento seguros que lo quieren. O que se pongan tatuajes temporales en la mano o en otras partes del cuerpo para ver cómo se sienten en tenerlo por cuatro a seis semanas y si esto es algo que quieren que lo hagan permanente”.
Como madre de dos adultos jóvenes, Patricia Sánchez conoce muy bien las consecuencias que puede traer colocarse un tatuaje en un lugar equivocados. “No estoy de acuerdo que se lo hagan en el cuello, la cara u otros lugares visibles, porque eso les puede afectar para conseguir trabajo en el futuro, porque aunque el tatú es un arte, aún hay muchos tabúes y en ciertos lugares de trabajo no te van a aceptar”.
“Por eso, cuando viene un cliente nuevo y joven que no tienen ningún tatuaje, primero le digo que piense muy bien en su futuro primero. Me pongo en el lugar de otras madres y los convenzo”, acotó la ecuatoriana.
Tienen que hablar con ellos
¿Es usted de los padres que les advierten a sus niños y adolescentes sobre los peligros de usar drogas ilícitas, fumar tabaco o beber alcohol? ¿También es de los que se sientan con ellos para tener conversaciones claras y honestas sobre el sexo? O ¿simplemente les recuerdan lo peligroso que es enviar mensajes de texto cuando se maneja?
Entonces, quizás es hora que también hable con ellos sobre los riesgos y las consecuencias de ponerse tatuajes o realizarse perforaciones en su cuerpo (“body piercing”), especialmente a tan corta edad. Este es el principal consejo que da a los padres latinos la pediatra Cora C. Breuner.
“Los padres deben tener un dialogo abierto con sus niños sobre tatuajes y piercings a una edad temprana (…) Deberían dejarles saber que es ilegal tatuarse o perforarse cuando son menores de 18 años y que no van a firmar un consentimiento para que lo hagan”, dijo Breuner.
Según reflexionó la pediatra, la razón por la cual ella cree que se ha incrementado tanto la popularidad de esta forma de auto-expresión en personas jóvenes, convirtiéndose en un fenómeno muy aceptado en la actualidad, se debe a lo visible que son los tatuajes en medios como el cine y la televisión. “Los niños ven a sus atletas favoritos en eventos deportivos y quieren verse como ellos. También ven tatuajes y piercings en sus artistas preferidos en videos musicales y en películas, en personas a las que ellos admiran”.
“También vemos un alto incidente de personas con tatuajes entre los militares. Es decir, es algo a lo que los adolescentes y adultos jóvenes están expuestos todo el tiempo”, agregó Breuner.
El reporte de la AAP además de ofrecer advertencias y guías a los padres y médicos, describe detalladamente los diferentes tipos y métodos de modificación corporal. El reporte será publicado en la edición de octubre de la revista Pediatrics.