MEXICO.- La decisión del ex candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador de buscar conformar un partido propio ha dado a la izquierda en México su mayor sacudida en la historia reciente y deja abierta la pregunta de si provocará una amplia fractura en ese sector político o si, por el contrario, se convertirá en el nuevo eje en torno al cual se aglutinarán en el futuro los izquierdistas.
El político anunció el domingo su salida del Partido de la Revolución Democrática (PRD), el principal partido de izquierda, en el cual militó durante más de dos décadas, y dijo que iniciará consultas para crear un nuevo grupo.
La idea de las consultas es determinar en las próximas semanas si el llamado Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), una asociación creada después de las elecciones de 2006 para respaldar a López Obrador, se transforma en partido político o no.
López Obrador aseguró que no se trató de una ruptura y que se despedía “en los mejores términos”, algo que pareció ser compartido por el PRD, que saludó el anuncio del político al que llamó “compañero y camarada de lucha”.
Pero las formas de una separación civilizada no borran las diferencias tras la última elección, con un López Obrador que no reconoce su derrota y una dirigencia del PRD que tácitamente lo ha hecho al señalar que respetará el estado de derecho tras el fallo que dio el triunfo a Enrique Peña Nieto, quien llevará de vuelta al poder al Partido Revolucionario Institucional (PRI) tras 12 años fuera de la presidencia.
Para algunos analistas, estas diferencias hacían hasta cierto punto inevitable la salida de López Obrador, sobre todo ahora que el político no logró conseguir un respaldo total a sus posiciones como lo tuvo de manera inicial hace seis años, cuando se impuso el conservador Partido Acción Nacional (PAN).
En 2006, cuando compitió por primera vez a la presidencia y también quedó en segundo lugar, el político se dijo víctima de un fraude y rechazó reconocer su derrota. El PRD hizo eco de esa posición, pero al paso de los meses se registró una fractura interna entre quienes pedían no ceder nada al gobierno del PAN y los que decían que era necesario abrir espacios de negociación, en particular desde el Congreso.
Para José Antonio Crespo, analista político del Centro de Investigación y Docencia Económicas, el PRD había comenzado a mandar mensajes a López Obrador: “Ya no podemos seguirte como en el 2006 hasta el final, tenemos que reconocer a Peña Nieto… por motivos institucionales”, lo cual dejaba al ex candidato en una posición difícil que finalmente se tradujo en la búsqueda de formar un nuevo partido.
“Quizá la apuesta es que el grueso del electorado (izquierdista) se vaya con Morena y Morena se convierta en el eje de la izquierda… y eventualmente dejaría al PRD como marginal, como desinflado y pasando la fuerza de la izquierda a su partido, donde él (López Obrador) podrá hacer lo que quiera”, dijo Crespo el lunes a The Associated Press.
En el actual espectro político partidista, hay tres partidos de izquierda: el PRD y los minoritarios del Trabajo (PT) y Movimiento Ciudadano (MC).
López Obrador fue candidato a la presidencia por los tres y el domingo dijo que se alejaba de todos ellos, aunque su militancia ha sido en el PRD, partido del que llegó a ser presidente.
“Estamos ante una ruptura pacífica, me supongo muy negociada entre Andrés Manuel y los dirigentes de los tres partidos… (que) deja la puerta abierta para reconciliaciones futuras en torno a campañas, candidaturas”, dijo el lunes en MVS Radio Sergio Aguayo, analista del Colegio de México.
Por lo pronto, no se ha conocido de ninguna renuncia de militantes del PRD, PT o MC que haga pensar en este momento en una salida masiva en apoyo a López Obrador.
Miembros del PRD, de hecho, descartan que vaya a ocurrir una desbandada.
“No veo lo que han algunos manejado como desbandada. Yo no veo signos de esto”, dijo el lunes el presidente del PRD, Jesús Zambrano.
Interrogado sobre los riesgos de debilidad de su partido por la salida del también ex alcalde de la ciudad de México, Zambrano consideró que “El PRD es una institución y las instituciones son mucho más fuertes que las personas y que las personalidades”.
Añadió que “la izquierda es mucho más que Andrés Manuel” o que cualquier otra figura.
Para Aguayo, la “incógnita” que aún no se puede responder es si “sobrevivirá, florecerá ese carisma (de López Obrador) fuera del respaldo que siempre tuvo de las estructuras partidistas”.
Y es que independientemente de las críticas por no aceptar sus derrotas, lo cierto es que López Obrador ha sido el personaje que ha permitido a la izquierda acercarse a la antesala del poder presidencial en dos ocasiones.