Haitianos que cruzan la frontera de manera clandestina se están dedicando a talar árboles para la quema de carbón en zonas montañosas de la línea limítrofe entre los dos países, situación que deploran ambientalistas, mientras las autoridades dicen que están encarando el problema.
El carbón es llevado hacia Haití, ya que ese combustible es usado en gran escala por familias pobres y de clase media baja para preparar sus alimentos.
A este respecto, el director del Cuerpo Especializado de Seguridad Fronteriza Terrestre (Cesfront), general Sugar Frugis Martínez, declaró al Listín Diario que en los últimos meses de 2017, los militares apostados en la parte fronteriza incautaron 18,000 sacos de carbón que serían transportados hacia Haití.
También dijo que decomisaron 1,300 galones de clerén, 168,318 libras de ajo, 3,275 libras de marihuana, 4 millones 351 unidades de cigarrilos de diferentes marcas provenientes de Haití.
Frugis Martínez informó que el Cesfront, la Armada Dominicana y otros organismos responsables de la vigilancia de la frontera, se encuentran activos las 24 horas, no solo para contener el tráfico de personas, sino otros males que afectan la zona.
Tala de árboles
El ambientalista Roberto Silverio, del Bloque Ecologista del Noroeste, dijo que lo que ocurre en esa zona y la frontera es grave con la tala de árboles para la quema de carbón.
Sostuvo que en la zona montañosa de Restauración, Manuel Bueno, Loma de Cabrera, Tirolí, Manzanillo, Santiago Rodríguez y otros lugares del Noroeste, haitianos en complicidad con dominicanos se dedican a tumbar árboles para quemar carbón y llevarlo a su país.
Asimismo, explicó que ha sido testigo de que en Juana Méndez, Fort Liberté, Trou Du Nord, Millot, Lemonade, Cabo Haitiano y otros pueblos del Norte, Noroeste y Noreste de Haití, muchos haitianos venden carbón en las calles sin controles y que ese combustible usado para cocinar lo trasladan desde República Dominicana. Manifestó que como en Haití no hay bosques porque las lomas están peladas, los haitianos cruzan a comunidades montañosas de la frontera dominicana para tumbar árboles y quemar carbón.
Mientras que el ambientalista haitiano Paul Antoine refirió que en las zonas rurales y en la mayoría de los pueblos de su país, la mayoría de las personas pobres y de clase media baja cocinan con carbón y leña.
Lamentó la poca capacidad boscosa que tiene su país, porque las autoridades no han establecido medidas para detener esa situación.
Antoine expresó que los ecologistas han sembrado árboles de rápido crecimiento en ciertas zonas estratégicas de comunidades de la frontera de Haití, pero que son talados por comercializadores de carbón y vendedores de leña.
Asimismo, expresó que como muchas personas viven en Haití de la venta de carbón y leña, cuando no encuentran en su país la materia para quemar, cruzan a comunidades de la frontera dominicana para depredar y seguir con su negocio.
En un recorrido realizado por la frontera se pudo comprobar que los haitianos se burlan constantemente de los militares apostados en la zona, ya que la mayoría de los arrestados al entrar de manera irregular al país logran ingresar de nuevo, incluso algunos han sido detenidos hasta siete veces tratando de penetar al territorio nacional.