Francisco Chang no pudo ser más contundente cuando dijo: “Nos vamos con la frente en alto porque no hemos defraudado al pueblo dominicano”. Quien fue Ministro Consejero de la embajada de Taiwán en la República Dominicana presidió en la tarde de ayer un breve y emotivo acto de despedida a los empleados y funcionarios de la sede diplomática, que definitivamente cerró sus puertas en medio del llanto y la emoción de varios servidores allí convocados.
“Taiwán ha trabajado aquí con mucho amor, voluntad y esfuerzo y este pequeño grupo de colaboradores ha sido testigo de la lealtad y la colaboración que hemos tenido siempre con este país tan hermoso y donde tanta ayuda desinteresada se ha ofrecido”, precisó. En el acto, los empleados de la embajada recibieron varios presentes como reconocimiento a la labor desplegada.
Cierre de funciones
Marcelino Hong, ex encargado de Asuntos de Ultramar de la clausurada sede diplomática, sintió pesar por los ochocientos ciudadanos taiwaneses que quedan en el país sin una representación diplomática, y que ostentan la doble ciudadanía. Son familias de empresarios, gentes de bien que permanecen en el país. Sí se han marchado decenas de familias taiwanesas de edad. También nuestra ex embajada ha protegido y colaborado con 10,000 emigrantes cantoneses que hoy también son exitosos empresarios.
Desde hace una semana, la exsede diplomática puso en venta todo su mobiliario y artículos de oficinas a bajo costo. Lo que no pudo venderse fue donado a la Fundación Tzu Chi para las obras de caridad que realizan en el país: “Agradecemos a la ex embajada por este aporte a nuestra Fundación que en las próximas semanas será distribuido de acuerdo a las necesidades de cada lugar donde hacemos trabajo social”, señaló Mariana Ju, voluntaria de la entidad. A ella le correspondió ser la última taiwanesa en cerrar la puerta de la embajada, edificio que será entregado oficialmente hoy a su antiguo propietario.
