El consumo de tabaco es la principal causa de muerte evitable en el mundo. El tabaco mata hasta a la mitad de las personas que lo consumen.
Cada año, más de 8 millones de personas fallecen a causa del tabaco. Más de 7 millones de estas defunciones se deben al consumo directo de tabaco y alrededor de 1,2 millones son consecuencia de la exposición de no fumadores al humo ajeno.
El tabaquismo es una causa de las causas principales de las enfermedades cardiovasculares y causa una de cada tres muertes por este tipo de enfermedad.
El consumo de tabaco puede:
• Aumentar los triglicéridos (un tipo de grasa en la sangre).
• Disminuir el colesterol “bueno” (HDL)
• Hacer que la sangre se vuelva pegajosa y que sea más probable que se formen coágulos, lo cual puede bloquear el flujo de sangre al corazón y al cerebro.
• Dañar las células que recubren los vasos sanguíneos.
• Aumentar la acumulación de placa (grasa, colesterol, calcio y otras sustancias) en los vasos sanguíneos.
• Causar engrosamiento y estrechez de los vasos sanguíneos.
• El humo de segunda mano también daña los vasos sanguíneos y puede provocar un ataque al corazón o un accidente cerebrovascular.
Ningún nivel de exposición al tabaco es seguro. Lo recomendable es no consumirlo ni exponerse al humo o vapores del tabaco ajeno.