MADRID — Una mujer alemana de 51 años murió el domingo por las heridas que sufrió en el ataque con una camioneta del 17 de agosto en Barcelona, informaron las autoridades sanitarias catalanas, con lo que se elevó a 16 la cifra de muertos en los atentados en España.
La mujer falleció en la unidad de cuidados intensivos del Hospital del Mar, en Barcelona, precisó la Consejería catalana de Sanidad.
Con el deceso subió a 14 la cifra de muertos en el ataque con una camioneta van en la popular avenida de las Ramblas de Barcelona. Otro hombre murió apuñalado por el conductor de la camioneta, que le robó el automóvil en su huida, y una mujer falleció en otro ataque el 18 de agosto en la cercana localidad de Cambrils.
Más de 120 personas resultaron heridas en los ataques. De ellas, 24 siguen hospitalizadas, cinco en estado crítico, según las autoridades.
El sábado, según cifras de la policía de Barcelona, alrededor de medio millón de personas inundaron las calles del centro de Barcelona para marchar pacíficamente al grito de “¡No tengo miedo!”, un rechazo público a la violencia tras los atentados extremistas, los más letales en España en una década.
Socorristas, taxistas, policías y ciudadanos ordinarios que prestaron ayuda inmediatamente después del ataque del 17 de agosto en el famoso bulevar Las Ramblas en Barcelona encabezaron la marcha. Portaban un cartel del ancho de la calle con letras mayúsculas en negro que decía “No Tinc Por”, que significa “No tengo miedo” en catalán.
La frase pasó de ser una respuesta cívica espontánea a la violencia a volverse una consigna que toda la clase política española ha adoptado unánimemente.
Las autoridades locales, regionales y centrales de España trataron de enviar una imagen de unidad el sábado al caminar detrás de trabajadores de emergencia, pese a que se ha criticado a los funcionarios regionales y nacionales por presuntamente no haber compartido bien entre ellos la información sobre los atacantes.
El rey Felipe VI se sumó a la manifestación, la primera vez que lo hace un monarca español, junto con el jefe de gobierno Mariano Rajoy y otros funcionarios regionales de Cataluña y España. Aun así, algunos ciudadanos abuchearon a las autoridades y sostuvieron carteles con críticas al rey por su papel en la promoción de las exportaciones militares a Arabia Saudí.
El grupo Estado Islámico se atribuyó la responsabilidad de ambos ataques. Una investigación de la célula extremista islámica detrás de los ataques ha mostrado que el grupo planeaba atentados aún más letales, pero por accidente hizo detonar una explosión en una casa en Alcanar donde se construían explosivos y había tanques de gas almacenados.
Ocho sospechosos murieron, dos están presos bajo cargos preliminares de terrorismo y homicidio, y otros dos se encuentran en libertad condicional pero siguen bajo investigación.
En el poblado nororiental de Ripoll, donde vivían muchos de los agresores, miembros de la comunidad musulmana local y otros residentes se reunieron en la plaza central para condenar los ataques. Ubicada al pie de los Pirineos, la localidad es el lugar donde la mayoría de los sospechosos quedaron bajo la influencia de un imán radical, según los investigadores.