La cadena de cafeterías Starbucks cerró en la tarde de hoy sus cerca de 8.000 establecimientos repartidos por todo Estados Unidos para que sus empleados pudieran llevar a cabo un curso de cuatro horas destinado a combatir la discriminación racial.
“Esta tarde, durante varias horas, cerraremos nuestros establecimientos y oficinas para discutir cómo hacer de Starbucks un lugar en el que todo el mundo se sienta bienvenido”, anunció la compañía a través de Twitter esta mañana, antes de que sus locales cerraran de manera simultánea a primera hora de la tarde.
Para el diseño del curso, al que estaba previsto que acudieran los cerca de 180.000 empleados que tiene la compañía en el país, Starbucks se puso en contacto con diversas asociaciones defensoras de la democracia y de las libertades civiles.
La empresa, con sede en Seattle (Washington), intenta con esta medida resolver la polémica protagonizada por la cadena el pasado mes de abril, cuando dos personas de raza negra fueron detenidas en una de sus cafeterías de la ciudad de Filadelfia (Pensilvania).
Los hechos, que provocaron una serie de protestas en las calles de la ciudad y una oleada de indignación en todo el país, se produjeron cuando el encargado de dicha sucursal decidió llamar a la policía al desconfiar de la presencia en el local de dos jóvenes de raza negra que no estaban consumiendo nada.
Al presentarse los agentes en la cafetería, ambos alegaron que estaban esperando a un tercer amigo que llegaba con retraso.
A pesar de las explicaciones, los policías decidieron detenerlos a ambos, para sorpresa de su amigo, quien llegó justo a tiempo de ver cómo se llevaban a los dos jóvenes esposados a la comisaría.
Los hechos fueron grabados por otro cliente que posteriormente divulgó las imágenes a través de las redes sociales.
Ante la indignación provocada por este suceso, el propio presidente de Starbucks, Kevin Johnson, se desplazó a Filadelfia pocos días después de los hechos para reunirse con los dos afectados y disculparse personalmente con ellos.