Dajabón.-EFE- La frontera entre la República Dominicana y Haití continúa hoy bajo una tensa situación por cuenta de miles de haitianos, la mayoría indocumentados, que siguen presionando para que se les permita ingresar a territorio dominicano con el propósito de trabajar en plantaciones agrícolas.
Grupos de haitianos enardecidos, aglomerados en el lado de su país del río Masacre que separa a las dos naciones caribeñas por el noroeste, impidieron la entrada de miembros de la seguridad del expresidente dominicano Leonel Fernández.
La seguridad del exmandatario se proponía ingresar a territorio haitiano con el objetivo de preparar una visita de Fernández a ese país para visitar la universidad que su Gobierno donó el año pasado a Haití en el poblado de Lemonade, cerca de la ciudad Cabo Haitiano.
Una comisión diplomática de Haití dirigida por el vicecónsul haitiano en Dajabón, Alexis Rafael, conversó con los indocumentados a fin de convencerlos finalmente para que permitan la entrada de la seguridad de Fernández (1996-2000, 2004-2008, 2008-2012).
Mientras tanto, desconocidos incendiaron neumáticos frente al edificio que aloja la ONG Solidaridad Fronteriza, que dirige el jesuita Regino Martínez, quien se mantiene amotinado junto a miles de haitianos en el puente fronterizo exigiendo que se les permita el ingreso libremente a territorio dominicano.
Los defensores de los extranjeros dicen que éstos trabajan en plantaciones agrícolas y otras actividades productivas del noroeste.
Sin embargo, una fuente de Migración dijo que esas personas no trabajan en el país y que su intención es establecerse de manera ilegal en la ciudad de Santiago (norte) donde hay una alta población de haitianos, así como en la capital dominicana y otras ciudades importantes.
La vigilancia ha sido reforzada en la frontera, mientras efectivos del Ejército y del Cuerpo Especializado de Seguridad Fronteriza Terrestre (Cesfront) en compañía de inspectores de Migración siguen devolviendo hoy a su país a decenas de haitianos que intentan cruzar clandestinamente a territorio dominicano, utilizando diversos puntos de la franja limítrofe.
Autoridades de los dos países fracasaron ayer en solucionar la situación planteada en la frontera común.
Tras conocerse los resultados del encuentro, los haitianos junto al sacerdote Regino Martínez decidieron continuar en el lugar, lo que aumentó la tensión que desde el domingo se vive en la zona.
El obispo de la diócesis Mao-Montecristi (noroeste), Diómedes Espinal, al hablar con periodistas al término del encuentro, dijo que las autoridades de Migración locales plantearon que solo permitirán la entrada al país de 280 trabajadores agrícolas que tienen pasaportes visados y que los demás tienen que regular su situación en Haití.
No obstante, el jesuita Martínez propone que se dejen pasar a todos los inmigrantes apiñados en la frontera y que las autoridades dominicanas entreguen la documentación requerida a quienes no la tienen.
Martínez dice que ese proceso se complicaría en Haití porque los inmigrantes podrían dispersarse.
Aunque no hay cifras oficiales, se estima que cerca de un millón de haitianos reside en República Dominicana, la mayoría en situación irregular, dedicados a trabajos agrícolas, hostelería, construcción y otros sectores.