BEIRUT (Reuters) – Siria reconoció el lunes por primera vez que tenía armas químicas y biológicas, al decir que podrían ser utilizadas si el país enfrentara una intervención extranjera.
La presión internacional contra el presidente sirio, Bashar al-Assad, ha aumentado dramáticamente en la última semana con una ofensiva rebelde en las dos mayores ciudades del país y un devastador ataque con bomba que provocó la muerte de cuatro miembros de su círculo íntimo en Damasco.
Las fuerzas de Assad han lanzado feroces contraofensivas, reflejando su determinación para retener el poder aún a un gran costo, y han rechazado una oferta árabe de asegurarle una salida segura a cambio de una renuncia rápida.
El portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, Jihad Makdissi, dijo que el Ejército no usará armas químicas para combatir a los rebeldes, pero que podrían utilizarlas contra fuerzas extranjeras.
“No se utilizará ningún arma química o bacterial (…) durante la crisis en Siria a pesar de su desarrollo”, dijo Makdissi.
“Esas armas están guardadas y protegidas por las fuerzas militares sirias, están bajo su supervisión y nunca serán usadas a menos que Siria enfrente una agresión externa”, agregó.
Damasco no ha firmado una convención internacional de 1992 que prohíbe el uso, producción o almacenamiento de armas químicas, pero funcionarios han negado en el pasado que tuvieran reservas.
“Considerando la escalada de violencia en Siria y los crecientes ataques del régimen contra su pueblo, seguimos muy preocupados sobre esas armas”, dijo el portavoz de la Casa Blanca, Tommy Vietor.
El secretario de Relaciones Exteriores británico, William Hague, dijo que era una “completa ilusión” que Siria enfrentara una amenaza externa y que era inaceptable decir que usaría armas químicas en cualquier circunstancia.
El canciller alemán, Guido Westerwelle, dijo que era “escandaloso amenazar con usar armas químicas” y el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, indicó que estaba muy preocupado de que Siria se vea tentado a usar armas poco convencionales.
Países occidentales e Israel también han expresado temores de que las armas químicas puedan caer en manos de grupos militantes a medida que la autoridad de Assad disminuye.
Desafiando a los ministros de Relaciones Exteriores árabes, que el domingo ofrecieron a Assad una “salida segura” si renunciaba rápidamente, el líder sirio ha realizado un contraataque en la capital para derrocar a los rebeldes distrito por distrito.
Ministros de la Liga Arabe reunidos en Doha instaron a la oposición y al rebelde Ejército de Siria Libre a formar un Gobierno de transición, dijo el primer ministro de Qatar, Hamad bin Jassim al-Thani, en una conferencia de prensa.
Makdissi condenó los pedidos para que Assad renuncie en la reunión de ministros de Relaciones Exteriores árabes en Qatar durante el fin de semana, llamándolos una “intervención flagrante” en los asuntos internos de Siria.
“Lamentamos que la Liga Arabe se haya rebajado a este nivel inmoral para lidiar con un miembro fundador en lugar de ayudar a Siria”, aseguró.
El Ejército atacó el lunes a las fuerzas rebeldes en la ciudad norteña de Aleppo y el vecindario de Nahr Aisha, ubicado al sur de Damasco, ingresando en tiendas y casas y quemando algunas de ellas, dijeron activistas.
Un video mostró a decenas de hombres con trajes del Ejército reunidos en el barrio, que lucía completamente abandonado. Efectivos con ametralladoras y granadas propulsadas a cohete derrumbaban y pateaban puertas y trepaban por las ventanas.
Las fuerzas de Assad han retomado el control de algunas áreas de Damasco desde que recuperaron el distrito central de Midan el viernes, luego de un devastador ataque con bomba rebelde que provocó la muerte de cuatro de los máximos funcionarios de seguridad del mandatario.
“La estrategia del régimen es continuar confrontando a la oposición, esta vez con una mucho mayor respuesta del Ejército”, dijo Ayham Kamel, analista de Oriente Medio para el grupo consultor Eurasia.
Pero las fuerzas de Assad han perdido terreno afuera de las ciudades, cediendo el control de cuatro puestos fronterizos sobre los límites con Turquía e Irak.
Los rebeldes también capturaron una escuela de infantería en la ciudad de Musalmiyeh, 16 kilómetros al norte de Aleppo, y detuvieron a varios oficiales leales, mientras otros desertaron, dijo un desertor del Ejército en Turquía y varias fuentes rebeldes dentro de Siria.
En Aleppo, activistas dijeron que miles de residentes huían de los distritos de Al-Haideriya, Hanano y Sakhour, en manos de los rebeldes, después de ataques del Ejército y enfrentamientos entre insurgentes y fuerzas del Gobierno.
“El régimen está luchando por su supervivencia. Si Dios quiere para el final del Ramadán, Aleppo estará en nuestras manos”, dijo el combatiente Mustafa Mohammad, refiriéndose al mes sagrado musulmán que comenzó el viernes.
VENGANZA
Los combates en Damasco, Aleppo y la ciudad oriental de Deir al-Zor han sido unos de los más feroces hasta el momento y mostraron la determinación de Assad de vengar el ataque con bomba, el golpe más espectacular en el levantamiento de 16 meses contra cuatro décadas de gobierno de la familia Assad.
Los rebeldes fueron desalojados de Mezzeh, el distrito diplomático de Damasco, el domingo, dijeron residentes y activistas de la oposición, y más de 1.000 soldados del Gobierno y militares aliados ingresaron a la zona, respaldados por vehículos blindados, tanques y topadoras.
Fuerzas del Gobierno ejecutaron al menos a 20 hombres, de entre 20 y 30 años, dijeron activistas por teléfono desde Mezzeh.
El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos dijo que 1.261 personas murieron en Siria desde el domingo pasado, cuando los combates escalaron en Damasco, incluyendo 299 efectivos de las fuerzas de Assad.
Estos números la convirtieron en la semana más sangrienta, cobrando la vida de 18.000 personas. Otras 140 murieron el domingo, incluyendo 38 soldados, dijo el observatorio.
Potencias regionales y occidentales temen que el conflicto pueda convertirse en una guerra civil y extenderse a otros países, pero aún deben encontrar una estrategia para impedirlo.