Willians De Jesús Salvador.
La República Árabe de Siria, está en Oriente Próximo, bañada en su orilla oriental por el mar Mediterráneo, hace fronteras al norte con Turquía, al este con Irak e Israel; Jordania al Sur, y por el oeste con el Líbano.
La población Siria alcanza los 20 millones de habitantes, la lengua principal es la árabe, y profesan su creencia por el islam. La etnia mayoritaria es el sunismo, además están los drusos, alawitas y chiitas; otras expresiones minoritarias étnicas son las asiria, kurda, turca y armenia; siendo importante puntualizar que hay miles de refugiados palestinos.
Siria en sus 4013 años de existencia ha sido ocupada por diferentes naciones, debemos precisar que hacia el año 2000 a.C. formaba parte del Aram, luego Egipto la ocupó desde el 1530 a.C. hasta el 1250, posteriormente pasó a Babilonia en el siglo VII a.C , 538 antes de la era común, fue anexada por Persia; doscientos años más tarde el guerrero más extraordinario de a antigüedad Alejandro Magno la conquista.
En la era contemporánea Turquía, Inglaterra y Francia, actuaron en su momento como fuerza de ocupación hasta que en junio del 1941 anunciaron su independencia por mandato de la ONU.
Desde hace medio siglo, está gobernada por el Partido Baath Árabe Socialista, existiendo lo que se denomina “dictadura de partido”, el Presidente actual es Bashar al-Asad quien asumió el poder hace trece años de la mano de su padre Hafez al-Asad.
La primavera árabe ensangrentada por más de un millón de heridos y alrededor de 100 mil muertos; además de millones de desplazados y como colofón de la tragedia Siria, hemos asistido como espectadores mediáticos del drama dantesco producido por el uso despiadado de armas químicas.
¡Esta tragedia consterna a la humanidad!
El mundo aguarda el informe de la ONU, ahora bien, estos pueden certificar el uso de armas químicas, pero no quienes la utilizaron y ahí está el detalle.
En la era moderna, Estados Unidos de Norteamérica considerada la potencia mundial más poderosa es quien se erige para el manteniendo del equilibrio geopolítico en el mundo, en tal virtud, el Presidente Barack Obama ha solicitado al Congreso Norteamericano la luz verde para atacar a Siria por el aire, sin tropas terrestres, y según su estrategia de guerra, sería una campaña corta.
¿Quién podrá contener el gran incendio, cuando se desaten los demonios en Próximo Oriente un área tan vulnerable y susceptible de hacer estallar una conflagración que envuelva a Siria, Israel, Irán, Turquía, entre otros actores?
¿Circunstancias imprevistas en el teatro de guerra, no obligaría a EEUU a desplegar su poderío militar por agua, mar y tierra?
Este podría convertirse en un escenario que sea el punto de encuentro brutal de choques de las civilizaciones islámicas y occidental. Actualmente el conato es un asunto domestico por la lucha del poder, entre los que ostentan el poder y los rebeldes que intentan arrebatárselo, esa es la realidad política del conflicto; las circunstancias amenazan con hacer arder todo próximo y medio Oriente.
Son estas las razones, que han hecho que se levanten voces en todos los confines del mundo, líderes mundiales como el Papa Francisco, quien en sus últimos mensajes pastorales ha clamado por la pacificación de Siria y ha pedido a los fieles católicos del mundo, hacer una enorme cadena de oración, que llegue hasta la Casa Blanca, el Congreso Norteamericano y al Pentágono de Estados Unidos de Norteamérica.
Otras voces con peso específico en el debate mundial, como el Presidente Ruso Putin, el Presidente Chino Xin Jinping, el reflexivo e internacionalista ex Presidente Fidel Castro, el Parlamento Británico y el expresidente y Premio Nobel de la Paz, Oscar Arias, entre otras personalidades mundiales, han clamado por una salida diplomática.
Durante la recién finalizada “Cumbre del G-20”, que tuvo como anfitriona la hermosa ciudad rusa de San Petersburgo, el Presidente Norteamericano Obama, hizo lo que se llama “diplomacia directa”, buscando el apoyo dentro de los 20 países más poderosos del mundo, logrando adherir a su causa intervencionista a doce, no logrando anexar a Rusia, ni a China, que tienen poder de veto en la ONU.
Recordamos que la guerra es el fracaso de la capacidad diplomática de los pueblos, y la paz es la resultante de la racionalidad del hombre para cotejar sus diferencias y hacer de la diversidad de pensamiento, cultura y de la idiosincrasia intrínseca de los pueblos.
La humanidad, que hace apenas meses supero los temores de una envestida nuclear por Corea del Norte, ahora vuelve a tener preocupaciones por las consecuencias que pueden derivarse de una intervención armada en la zona, que puede ser aprovechada por Irán e Israel, para dirimir sus diferencias en estas nefastas circunstancias, y el mundo vivir un invierno nuclear.
Grandes retos aguardan a los líderes mundiales, como la hambruna que estremece la conciencia de la humanidad, la pobreza crítica que crece logarítmicamente en el tercer mundo, las enfermedades que están mermando la humanidad sin respuestas terapéuticas, y la crisis económica que se ha aposentado en los países de Unión Europea, y otras economías frágiles producto del modelo de mercado neoliberal, donde el capital y la rentabilidad, son privilegiados por encima del hombre como epicentro de la sociedad.
Si se comprueba que el gobierno Sirio utilizó las proscritas armas químicas, debe ser considerado un crimen lesa humanidad, y la comunidad mundial intervenir dando un ultimátum para el cese de las hostilidades, y que el Tribunal Internacional de la Haya sea garante de un juicio justo e imparcial con la derivación de todas las consecuencias emanadas del mismo.
El autor es diplomático y analista político.