Son pocos los funcionarios del pasado gobierno llámense ministros, vice ministros, directores, subdirectores, encargados o cualquiera que haya desempeñado una función en el pasado gobierno, que pueda exhibir tantos logros como lo hizo el Ing. Silvio Durán, saliente director general de la Corporación del Acueducto y Alcantarillado de Santiago (CORAASAN), al frente de ese estamento del estado dominicano.
Silvio, desde su llegada a esa corporación acuífera en el año 2012, se entregó sin miramientos a dar el todo por el todo, dando lo mejor de toda su capidad gerencial, incluso, poniendo en riesgo su propia salud, ya que no tenía horarios, ni días, para dedicarselo a la empresa que el presidente de entonces, Danilo Medina, había puesto en sus manos y bajo su responsabilidad.
Con el apoyo del gobierno central y varios organismos internacionales, el Ing. Durán se embarcó en cada uno de los proyectos que necesitaba Santiago para llevar hasta el más hinóspito de los rincones donde vivía una familia, el importante y preciado líquido sin importar la inversión que eso conllevara, porque a él, como persona y como ser humano, lo que le importaba era mejorar la calidad de vida de cada uno de los munícipes de la ciudad corazón.
Los trabajos de Silvio Durán como gerente de la Coraasan, son tangibles, están ahí, a la vista de todos y reconocidos por juntas de vecinos, las iglesias, los clubes culturales y deportivos, organizaciones sociales y entidades empresariales de las distintas comunidades donde la institución encargada del agua potable, llevó una de las más importantes prioridades naturales que necesita el ser humano para sobrevivir, como es el agua.
Silvio Durán se entregó tanto a sus labores, que lo convirtio en un sacerdocio, haciendo de la Coraasan su templo y del trabajo su religión, porque se dedicó en cuerpo y alma a darlo todo para que Santiago y la región, tuvieran uno de los mejores servicios público de los cual los santiagueros se sintieran orgullosos por el servicio brindado y por la calidad recibida.
Su calidad humana es super conocida y reconocida, tanto por el personal que él dirigió, como todas las personas a quien siempre tendió una mano amiga, sin importar bandería política, ni religiosa, siempre presto ayudar sin pasar facturas y sin esperar nada a cambio, porque nunca ha pregonado a quien ha ayudado.
Hoy, a su salida como director general de la Corporación del Acueducto y Alcantarillado de Santiago, Silvio Durán sale con su frente en alto, por la puerta de alante de la empresa que lo albergó por ocho años, orgulloso de haberlo hecho bien, de haber manejado con pulcritud, seriedad y honestidad los recursos públicos puestos a su disposición y sin nada de lo que tenga que arrepentirse mañana, solo con la satisfacción del deber cumplido.
Santiago y el país ha de agradecer su entrega, su esfuerzo, dedicación y empeño de que nuestra ciudad y nuestra provincia, hoy disfrute de una agua de calidad, apta para el consumo humano y con una de la infraestructura más sólida y respetada como lo es la Corporación del Acueducto y Alcantarillado de Santiago (CORAASAN)