Hoy se ha dado a conocer uno de esos anuncios que entusiasman a todos y podrían significar un gran avance. Treinta investigadores de alrededor del mundo están dando a conocer un importante descubrimiento. La estrella TRAPPIST-1 tiene al menos siete pequeños planetas orbitando, planetas con tamaños similares a la Tierra y con las condiciones para albergar vida.
TRAPPIST-1 es una estrella enana roja ultrafría localizada a unos 40 años luz dentro de la constelación de Acuario, estrella en la que precisamente el año pasado se descubriría la presencia de tres planetas potencialmente habitables. Hoy nos damos cuenta que no sólo son tres, sino siete, y en ellos existe la posibilidad de encontrar agua líquida.
La estrella TRAPPIST-1 y sus siete planetas enanos
El grupo de astrónomos ha informado que se trata de siete planetas rocosos que, al igual que la Tierra, tienen órbitas alrededor de una estrella, en este caso TRAPPIST-1, de ahí que hayan sido nombrados TRAPPIST-1b, c, d, e, f, g y h, en orden creciente de distancia de su estrella. Tres de estos planetas se encuentran en zona habitable y podrían albergar océanos de agua en sus superficies, aumentando así la posibilidad de que algunos de estos sistemas pudiesen acoger vida.
Para entender un poco la dimensión de este “sistema solar extraterrestre”, sólo hay que mencionar que la estrella TRAPPIST-1 y sus siete planetas cabrían de forma perfecta en la órbita de Mercurio. Entonces ¿cómo es posible que estos planetas puedan albergar vida al estar tan cerca a su estrella? TRAPPIST-1 es una estrella roja con sólo el 8% de la masa y casi la mitad de caliente que nuestro Sol, por ello si un planeta se encuentra a una distancia más corta, éste podrá recibir la misma cantidad de energía solar que la Tierra recibe del Sol a 149,6 millones de kilómetros de distancia.
El descubrimiento fue posible gracias a los cambios en la emisión de luz de la estrella cuando un planeta pasaba por delante, algo que se realizó con la ayuda del telescopio TRAPPIST–Sur, instalado en el Observatorio La Silla, el Very Large Telescope (VLT), en Paranal, el telescopio espacial Spitzer de la NASA, y otros telescopios. Este transito del planeta sobre la estrella permitió determinar el tamaño, composiciones y órbitas, por lo que ahora es posible compararlos con otros planetas de nuestro sistema solar.
Michaël Gillon, del Instituto STAR en la Universidad de Lieja (Bélgica) y autor principal de la investigación, ha comentado:
“Se trata de un sistema planetario sorprendente, no sólo porque hayamos encontrado tantos planetas, ¡sino porque todos son asombrosamente similares en tamaño a la Tierra!”
Amaury Triaud, co-autor de la investigación, comenta:
“La emisión de energía de estrellas enanas como TRAPPIST-1 es mucho más débil que la de nuestro Sol. Para que hubiera agua en sus superficies los planetas tendrían que estar en órbitas mucho más cercanas que las que podemos ver en el sistema solar. Afortunadamente, parece que este tipo de configuración compacta es lo que estamos viendo alrededor de TRAPPIST-1.”
La vida aún no está garantizada alrededor de TRAPPIST-1
A pesar de todas estas buenas noticias aún hay elementos que se desconocen, por lo que no se puede garantizar la vida alrededor de esta estrella. Aún se necesita estudiar el tiempo espacial en esa zona, las erupciones solares y eyecciones de masa de TRAPPIST-1, las cuales podrían poner en peligro a los habitantes de estos planetas. Otro factor que están estudiando, es que al parecer los planetas cuentan con órbita en “resonancia”, lo que significa que siempre dan la misma cara a la estrella.
El siguiente paso será esperar la puesta en operación del telescopio espacial James Webb (JWST), el cual ayudará a estudiar las atmósferas de cada unos de los planetas y así ver cuánto oxígeno, ozono y otros gases pueden contener.