Varios senadores de EEUU, tanto demócratas como republicanos, mostraron hoy su preocupación por la nominación de Gina Haspel para dirigir la CIA dados sus vínculos con los programas de tortura practicados en la era de George W. Bush, lo que podría poner en jaque su confirmación en el Senado.
El influyente senador republicano y miembro del Comité de Servicios Armados John McCain fue una de las voces más escépticas sobre el nombramiento de Haspel, quien además fue acusada de participar en la destrucción de pruebas sobre el uso de técnicas abusivas para interrogar a presos durante la conocida “Guerra contra el Terror”.
“La tortura a detenidos bajo custodia estadounidense durante la última década fue uno de los capítulos más oscuros de la historia estadounidense”, dijo McCain en un comunicado.
“La señora Haspel necesita explicar la naturaleza y el alcance de su participación en el programa de interrogatorio de la CIA durante el proceso de confirmación”, aseguró el veterano senador.
Según informaron varios medios estadounidenses el año pasado, Haspel participó presuntamente en los interrogatorios de dos sospechosos, Abu Zubaydah y Abd al-Rahim al-Nashiri, mientras ella se desempeñaba como espía en Tailandia en 2002.
Los métodos usados contra los hombres incluyeron el ahogamiento simulado y golpear su cabeza contra las paredes, provocando incluso que Zubaydah perdiera la vista de un ojo y tuviera que ser reanimado en una ocasión por los servicios médicos.
Las sesiones de tortura fueron grabadas en vídeo y presuntamente Haspel también jugó un papel en la destrucción de esas cintas en 2005, un extremo que la CIA ha cuestionado, alegando que la decisión recayó en el jefe de Haspel en ese momento, José Rodríguez.
Los agentes de la Agencia Nacional de Inteligencia (CIA, en inglés) podían usar métodos de tortura de forma legal en aquellos años, un programa al que el expresidente Barack Obama puso fin en 2009, al poco tiempo de llegar a la Casa Blanca.
“Los antecedentes de la señora Haspel la hacen inadecuada para servir como directora de la CIA”, dijo el senador demócrata Ron Wyden en un comunicado.
“Su nominación debe incluir una transparencia total sobre este trasfondo, que pedí hace más de un año cuando fue nombrada vicedirectora (de la CIA). Si la señora Haspel busca servir en los más altos niveles de la inteligencia de los EE.UU., el gobierno ya no puede encubrir hechos perturbadores de su pasado”, agregó.
La senadora demócrata Dianne Feinstein, quien bloqueó el ascenso de Haspel como jefa interina del servicio clandestino de la agencia en 2013 por su participación en el programa de tortura, se negó a aclarar su posición el martes.
“Bueno, he pasado tiempo con ella, hemos cenado juntas, hemos hablado… Todo lo que sé es que ha sido una buena subdirectora de la CIA”, dijo Feinstein, quien lideró las investigaciones del Senado sobre el programa de tortura estadounidense.
“Creo que con suerte toda la organización aprendió algo del llamado programa de interrogatorio mejorado. Creo que es algo que no puede ser olvidado. Y ciertamente nunca podré olvidarlo. Y no dejaré que ningún director lo olvide”, añadió la senadora.
La nominación de Haspel pasa por el escrutinio y posterior voto del Senado, donde a la luz de los hechos, puede encontrar oposición de los demócratas, y también de algún republicano, lo que podría dificultar su ascenso dada la escasa mayoría conservadora en la Cámara Alta (51-49).
Haspel, que sería la primera mujer en dirigir la CIA, fue nominada hoy por el presidente Trump después de que este despidiera a su secretario de Estado, Rex Tillerson, y nombrara para su puesto al actual director de la agencia de inteligencia, Mike Pompeo.