Por segunda ocasión, el Senado de la República aprobó ayer de manera definitiva la iniciativa que busca transformar la Ley 16-92 del Código de Trabajo, lo que significa que la decisión de enviarla o no al Poder Ejecutivo para su promulgación estará en manos de la Cámara de Diputados.
Aunque el documento elaborado por el Gobierno y modificado en la Cámara Alta contiene diversos “avances”, según aseguran los senadores, las discusiones estuvieron centradas en las “recomendaciones” y “observaciones” que realizaron constantemente los representantes empresariales del país.
Desde promover una variación de la cesantía, hasta solicitar más facilidad en el procedimiento para poder contratar más extranjeros en las industrias agrícolas (donde los obreros son de procedencia haitiana en su mayoría), estas fueron algunas de las mociones presentadas al Congreso Nacional.
Sin embargo, esto no provocó una reacción favorable de los senadores, quienes optaron por mantener estos puntos intactos, obviando las sugerencias manifestadas por los sectores productivos, a través del Consejo Nacional de las Empresas Privadas (CONEP), la Confederación Patronal de la República Dominicana (Copardom) y otras agrupaciones.