El proyecto, vitoreado en la sala del comité con gritos en español de “¡sí se puede!” pasará ahora al pleno del Senado, con una corta mayoría demócrata.
El comité examinó a lo largo de cinco maratonianas jornadas más de 200 enmiendas al proyecto de reforma integral, un documento de más de 800 páginas que si es aprobado por el Congreso supondrá una total reformulación del sistema de inmigración.
El Senado examinará el texto en junio, y luego deberá pasar a la Cámara de Representantes, donde la mayoría republicana promete difíciles debates en torno a un texto que nació como un proyecto bipartidario, pero que ha provocado agudas discusiones.
“Durante años hemos hecho serios esfuerzos para pasar una reforma migratoria integral, pero nunca tuvimos éxito”, reaccionó uno de los autores del proyecto, el senador demócrata Dick Durbin.
“Esta vez es diferente”, añadió.
“Ninguno de los miembros del Comité consiguió todo lo que quería, ni yo tampoco, pero finalmente todos tenemos la obligación hacia el pueblo estadounidense de lograr el mejor resultado posible al llegar a la meta”, reaccionó el presidente Barack Obama, mediante un comunicado.
El proyecto ofrece una legalización provisional para los indocumentados bajo ciertas condiciones. Tras trece años de espera pueden pedir la ciudadanía, pero antes el gobierno deberá demostrar que se cumplen estrictas condiciones de seguridad en la frontera.
Más de cien enmiendas fueron aprobadas, entre ellas varias republicanas que endurecen esas medidas de seguridad, amplían sustancialmente la entrada de trabajadores extranjeros de alta cualificación y extiende el monitoreo de las empresas para que no contraten a extranjeros sin papeles.
El debate no ha estado exento de momentos dramáticos. El presidente del Comité, el demócrata Patrick Leahy, retiró en el último minuto una enmienda para dar las mismas oportunidades de legalización a parejas homosexuales mixtas, formadas por un ciudadano estadounidense y un extranjero indocumentado, ya que amenazaba con descarrilar todo el proyecto.