Cuando el dominicano Jean Segura recuperó su nivel con una temporada grandiosa el año pasado, una de las personas a quien le atribuyó su éxito fue a su compatriota Robinson Canó. El segunda base de los Marineros se había acercado para aconsejarle y ofrecerle su amistad a Segura después de que éste atravesase problemas tras la muerte de su hijo de nueve meses en el 2014.
Así que hay una razón para que Segura esté tan contento desde que fue adquirido por Seattle como la pieza central en el cambio de cinco jugadores que envió aTaijuan Walker a Arizona en noviembre pasado. Durante las dos últimas temporadas muertas, Segura y Canó han trabajado juntos en la República Dominicana, y ahora continuarán esa amistad durante la temporada regular como miembros de lo que luce como una tremenda combinación en el medio el cuadro interior.
Segura fue convocado al Juego de Estrellas por la Liga Nacional mientras jugaba para los Cerveceros en el 2013. En ese entonces tenía apenas 23 años de edad. Pero después todo se complicó. Fue golpeado en la cara por un bate de su compañero Ryan Braun durante un accidente en el dugout a principios del 2014, y después la vida se le hizo pedazos en julio cuando su hijo, Janniel, murió repentinamente.
Tras otra temporada deficiente en el 2015, Milwaukee lo envió a los D-backs, donde un renovado Segura terminó con una temporada sobresaliente, en la cual lideró a la Liga Nacional con 203 hits y además bateó .319 con 20 jonrones y 33 bases robadas, finalizando de 13ro en la votación del premio al Jugador Más Valioso de ese circuito.
No hay garantías que de que Segura vaya a duplicar esos números ofensivos en un ambiente mucho menos favorable para los bateadores derechos como lo es Safeco Field. Pero sí hay razones para pensar que el joven quisqueyano pueda tener otro buen año ahora que estará toda la temporada junto a Canó.
En la que fue su primera presentación en el Fan Fest como miembro de los Marineros, Segura reconoció que haber puesto su mente en orden fue una parte muy importante del éxito que tuvo en el 2016.
“Una mejor mentalidad”, dijo acerca del giro que dio. “Creo que ustedes saben por lo que he pasado los dos últimos años. Perdí a mi hijo. Ryan Braun me pegó en la cara. Hubo muchos problemas, un montón de asuntos familiares. Pero el año pasado era un jugador nuevo. Era una nueva persona”.
“Le doy las gracias a Robinson por ayudarme a seguir haciendo lo que hago en el campo. Siempre habló con él de esas cosas, de cómo puedo ser mejor pelotero, cómo puedo mejora dentro y fuera del terreno. Gracias a Dios hice esos pequeños ajustes con mi bateo durante la temporada muerta. Me funcionaron”.