Un feto infectado por el virus del zika corre un riesgo de microcefalia que varía de 1 a 13% durante el primer trimestre del embarazo, según una investigación publicada el miércoles en la revista médica estadounidense New England Journal of Medicine.
Investigadores de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos alcanzaron este rango de estimaciones al crear un modelo matemático basado en estadísticas de infección del zika y casos de microcefalia en la Polinesia Francesa, que tuvo un brote en 2013, así como en el Estado de Bahía, en Brasil.
Este país sudamericano fue duramente golpeado en 2015 por un brote de zika acompañado de una explosión de casos de microcefalia.
El riesgo parece muy bajo después de los tres meses. Esta malformación congénita irreversible muy inusual se traduce en un tamaño reducido de la cavidad craneana y provoca un desarrollo incompleto del cerebro. Normalmente, la microcefalia es muy rara, solo 0,02 a 0,12% de todos los nacimientos en Estados Unidos. La frecuencia de otros defectos congénitos más frecuentes como el síndrome de Down es inferior al uno por ciento.
El estudio logró la primera estimación de riesgo de la microcefalia en el feto en mujeres embarazadas infectadas durante el brote actual, que se propagó en más de 40 países, la mayor parte en América del Sur, aunque también comenzó a afectar a Africa, en Cabo Verde.