El acuerdo entre la Corporación del Acueducto y Alcantarillado de Santiago (Coraasan) y el Ayuntamiento local para poner fin a un conflicto que desde hace meses mantienen esas dos instituciones se rompió ayer, por las alegadas exigencias de las autoridades municipales.
Un funcionario de Coraasan, que participa en las conversaciones, dijo que el cabildo de Santiago está haciendo planteamientos que son inaceptables.
El informante manifestó que el Ayuntamiento exige que Coraasan pague por el uso de los suelos de los locales que tiene en el municipio.
También que pague por la recogida de basura, pero Coraasan aclaró que desde hace años se encarga de recolectar sus desperdicios.
Al mismo tiempo, manifestó que no acepta que la administración municipal que dirige el alcalde Abel Martínez, lo despoje a la fuerza de la oficina que ocupa en el primer nivel del Ayuntamiento de Santiago, porque por ley le corresponde.
El funcionario recordó que la oficina del acueducto que suplía de agua a Santiago se creó originalmente en el Ayuntamiento y que incluso era ese organismo que cobraba el agua.
Subrayó que luego de la aprobación de la ley que creó la Corporación del Acueducto y Alcantarillado de Santiago (Coraasan) el 4 de abril de 1977, esa oficina quedó como propiedad de esa institución. Y que por tanto, no se le puede quitar a la fuerza y para que ello tiene que ventilarse en los tribunales, porque por ley le corresponde.
El director de Coraasan, Silvio Durán, un activo seguidor del presidente Danilo Medina y el alcalde Abel Martínez, de la corriente de Leonel Fernández, mantienen un enfrentamiento desde hace meses que ha llegado a los tribunales por deudas que ambas entidades dicen que tienen una y otra.