La participación de mujeres en bandas de delincuentes se ha multiplicado en todo el territorio nacional durante los últimos tiempos.
Esto ocurre con una particularidad muy específica entre algunas de ellas que han recurrido a sus encantos físicos y graciosos, para atraer incautos y convertirlos en víctimas de sus asaltos.
Son mujeres que andan bien vestidas, pero armadas, y se mueven en malls o grandes centros de comercios, irrumpiendo principalmente en bancas deportivas, de apuestas y tiendas de celulares, donde despojan a sus víctimas de sus pertenencias y dinero en efectivo.
Muchas de estas representantes utilizan sus sexys curvas para seducir a sus víctimas y cometer sus delitos.
Además se dedican al robo de vehículos, atracos a mano armada, venta de drogas y otros delitos, cuya tendencia se ha esparcido como pólvora en todo el país y cada día se observa mayor cantidad de “damiselas”, metidas en “camisa de once varas”.
El caso de Cindi Elizabeth Sarita, de 19 años, detenida esta semana en Santiago, es uno de los tantos que se presentan principalmente en el Distrito Nacional y el Gran Santo Domingo. Ella era la persona que ubicaba los establecimientos comerciales, para luego informar a sus cómplices, ejecutoras de la acción delictiva.
Su captura se produjo al ser sorprendida con otros tres reconocidos delincuentes en la avenida Circunvalación a bordo del carro Honda Accord, color rojo, y estos, al notar la presencia policial, desencadenaron un tiroteo contra los agentes y estos le dieron seguimiento.
Amas de casa, estudiantes, jóvenes, mujeres profesionales de distintas edades, dejaron de sentir miedo a la inseguridad, siendo ellas ahora quienes aterrorizan al convertirse en delincuentes.
El procurador general de la República, Francisco Domínguez Brito, al ser consultado al respecto, dijo que es preocupante la cantidad de mujeres jóvenes que participan en hechos delictivos, tales como robo y atracos, mediante una serie de engaños.
A juicio de Domínguez Brito gran cantidad de esas mujeres también se involucran en otro tipo de operaciones más complejas, que van ligadas hasta cierta complicidad con narcotraficantes, relacionadas con delitos electrónicos y otros similares.
Mujer asaltó a otra en asalto
Alexandra Defilló narra que fue víctima de un asalto a mano armada por parte de una mujer, en su casa. “Desmontándome de mi vehículo, con mi hija de 13 años, se me acercó una señora, que salió como de la nada, y me dice: Doña, usted sabe quién necesita una trabajadora’, me dispongo a buscar la llave de la casa, y en cuestión de segundos, me dice la mujer: ‘esto es un asalto’, pistola en mano”. Dice que ella y su niña quedaron espantadas al ver a la mujer subirse a un motor, cuando un hombre llegó a recogerla.